Estoy por entrar al negocio. Ya teniendo mi mano en el picaporte me llega un mensaje de texto de mi mejor amiga.
Xiomara: ya tengo la ropa para esta noche. Encontré un hermoso vestido. Corto, color crema.
Xiomara: ya tenés lo que te vas a poner?
Sonrío a su efusividad. Vamos a ir juntas al evento del club. Ya tengo lo que me voy a poner. Lo compré con mi mamá ayer. Un pantalón ajustado con encaje a los costados y un top volado que me llega a tapar el ombligo. Aunque no tengo un cuerpo de modelo, porque soy rellenita, me queda genial.
Le contesto que si y que se va a infartar cuando me vea. Aunque lo digo en broma, se que es cierto. Nunca llevo pantalones ajustados.
Ya mandado el mensaje, entro y veo que hay fila. Bufo. Odio las filas y más cuando no tengo un libro o algo para leer. Me siento en una de las sillas vacías y espero. Después de 10 minutos de esperar y sin ver que la fila se haya movido pienso en preguntarle a la señora que se encuentra al lado mio. Al girarme me llevo tal sorpresa. Resulta que no era una señora sino un maniquí.
"Santo cielo. Estuvo eso ahí todo el tiempo?" Miro a todos lados. son todos maniquíes!!
Ruborizada, me levanto. Me acerco al mostrador donde hay un timbre típico de hotel. Lo presiono. Del interior sale un morocho, metro setenta y todo confiado. En su cara lleva una sonrisa burlona a juego con sus ojos.
Después de darle una mirada rápida noto que esa sonrisa se debe a lo que me acaba de pasar. Molesta, enderezo los hombros y le miro a los ojos tratando de mostrar indiferencia.
-Hola. Vengo a retirar unos manteles blancos y dorados- digo. Él me observa, la burla brillando en sus ojos.
- A nombre de quién?
- El de Flores- es el apellido de mi familia.
-Bien.- Tacha el apellido de una lista y se va a buscarlos. Espero unos minutos pero para mi son una eternidad. "Que carajos esta haciendo ahí dentro??" Pienso aun ruborizada y negando con la cabeza.
Cuando vuelve trae consigo dos bolsas enormes y las coloca sobre el mostrador. No sé como voy a hacer para llevarlas. Miro para atrás pero no hay nadie y no creo que los maniquíes cobren vida mágicamente solo para ayudarme con un par de bolsas.
Al mirarlos me los imagino desperezándose por estar tanto tiempo en la misma posición. Imagino que se dirigen hacia mi con un asentimiento de cabeza. sacandole las bolsas al tipo engreído del mostrador dándole un susto de muerte. sonrío ante la escena en mi cabeza. A lo lejos oigo que alguien me llama haciéndome volver a la realidad de golpe.
Miro, al que de ahora en mas llamare Moca, ya que me recuerda por ser morocho al café y porque no me agrada al igual que ese tipo de bebida. Está viéndome como si esperara una respuesta.
- Qué?- pregunto. Sacude la cabeza notoriamente molesto porque no le preste atención.
- Que son 500 pesos- lo miro atónita. No traje tanto dinero. Ya que salí molesta con mi madre me olvide de pedirle.
-Mierda- susurro. Moca acerca el oído para saber que dije.
-Qué? No tienes dinero?- pregunta
-No, si. sucede que solo tengo una parte- le digo y saco mi billetera de corazones del bolsillo del enterizo.
-Entonces llevás solo una parte de los manteles- me dice sonriendo y levantando las cejas en forma de burla- o tal vez- continúa- puedas pedirle prestado a tus amigos- señala con la barbilla a los maniquíes.
Más molesta aun con él, le suelto. - al menos ellos son más amigables que tú.-
Larga una sonora carcajada. Está bien. Lo admito no fue una buena contestación pero tampoco para que se ria así en mi cara.
- Así que hablan contigo? y qué te dicen?- me dice apoyado en las bolsas y se vuelve a reír. Que tipo mas insufrible.
Me doy vuelta para irme. ya lo bastante enojada como para seguir escuchando como se ríe DE MI.
- esperá y los manteles?- pregunta
-No tengo toda la plata y no me voy a llevar solo una bolsa cuando me hacen falta las dos- digo sin voltearme o parar. Estoy llegando a la puerta cuando escucho -Bueno puedes llevarte las bolsas después me alcanzas el resto- me doy la vuelta y miro su cara. está hablando en serio? ya no sé que esperar de este tipo.
Me acerco. Despacio y con cautela digo- ¿De verdad?-
-si. No estoy jugando- dice levantando las manos, separándose de las bolsas.
-Está bien- saco la plata de la billetera y se la doy.
Acto seguido, bajo las bolsas del mostrador. Me giro y, después de colocar en orden las bolsas, digo un apenas audible adiós. Levantándome me dirijo hacia la puerta. Para mi gran y hermosa suerte se me cae una antes de llegar. La quiero levantar pero al ser tan grande se me cae la otra.
A mi espalda escucho el sonido de una risa ahogada. Lo ignoro. Lucho con la bolsa pero se me cae de nuevo.
-Demonios- susurro
- Te ayudo?- pregunta. Giro solo la cabeza y veo que salio fuera del mostrador, posándose detrás de mi. Demasiado cerca.
-No- digo cortante.
-Dale. No seas resentida- me dice.
-Yo?? resentida??- digo señalándome- No, si a mi me gusta que se burlen de mi- Digo con ironía y niego con la cabeza. Me centro de nuevo en las bolsas pero el se adelanta y agarra una.
-Dije que no- lo miro molesta.
- Y a mi no me importa lo que digas. te voy a ayudar y punto-sonríe y se dirige a la puerta.
-Y la vas a llevar hasta mi casa?- le pregunto con una sonrisa burlona.
Ya abrió la puerta y me mira desde el marco. Parece sorprendido. ja ahora quien se burla de quien?
-No trajiste ningún tipo de vehículo?- observa afuera y luego voltea a verme.
-No- digo con indiferencia, desviando la vista.
-Entonces si te acompañaré hasta tu casa- dice como si nada- y ahí podré cobrarte la otra parte del dinero que me debés-
Dicho esto, sale por la puerta dejándome sola y maldiciendo a mi madre por no prestarme la moto.
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Evento detonador
Short StoryElla una chica educada y de una familia conocida en el pueblo. En el momento en que se encuentra con Él su vida es arrasada por una serie de eventos. Discusiones, celos, violaciones y peleas hasta casi llegar a la muerte. Será que simplemente t...