PRIMERA PARTE

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Cuando eres hijo de un alfa y de una omega, te esperan tres opciones: nacer alfa, beta, u omega. Las posibilidades no se ven afectadas por el sexo de tus padres, ni siquiera por tu historial familiar. Y aun así, en la actualidad, la mezcla ha sido tal que pequeñas variaciones han comenzado a florecer. Algunos omegas capaces de controlar su propia esencia (atributo único de alfas), o bien alfas que no reaccionan ante el celo de un omega (disfunción de betas), e incluso... betas que pueden discernir entre un alfa y un omega.

Broderick Strider, hijo de un alfa y una omega, nació, para sorpresa de muchos, siendo un beta. Aunque esto jamás le afectó, tenía más carácter que cualquier alfa, y una personalidad exótica que le convertía en un atractivo imán de personas de todas las clases. Su segundo hermano, Drake, nació alfa, y claro que Broderick (a quien llamaremos Bro) se aseguró de pisotear a su hermanito en la medida que le fuese posible. A los ojos de Bro no importaba qué fueras, él siempre estaría arriba de ti. Después de Drake vinieron otros hermanos, entre ellos, gemelos. Dirk y Hal, ambos betas también. Y el ultimo, Dave, un pequeño omega, el único omega de la familia.

Los padres de los Strider no pudieron hacerse cargo de ellos. Drake logró quedarse con la custodia de Dirk y Hal, pero no logró conseguir la de Dave. ¿Por qué? Porque Bro ganó el caso al usar el sencillo argumento: Un omega no puede ser criado por un alfa. Drake por supuesto se defendió profesando que él jamás le haría nada a su hermano, que se encargaría de tomar toda medida de precaución y que se apegaría a todo protocolo necesario. No obstante, Bro arguyó que accidentes siempre ocurren, y que es bien sabido por todos que el incesto antes no era un tabú en especial entre alfas y omegas, así pues, ¿Quién podía asegurar que la naturaleza de alfa de Drake lograría resistir la tentación del peor de los pecados? La corte falló a favor de Bro, y así fue como el mayor de los Strider, beta, se quedó con el menor de los Strider, omega, Dave.

[15 años más tarde]

Dave odiaba tener que lidiar con los periodos de celo, de hecho, tal era su desagrado que a veces se encontraba a sí mismo pensando que quizá hubiese sido mejor ser mujer, y tener que lidiar con la menstruación que con algo como el celo. Sí, la menstruación era una molestia, había sangre por montones... pero a lo mucho eso duraba una semana, y con qué usaras un par de cosas, podías seguir con tu día a día y salir a la calle sin temer nada. El celo duraba más, ocultarlo requería mucha medicación (que tenía algunos efectos secundarios), y que a diferencia de la menstruación que podía ser o no regular, el celo era totalmente irregular. Usualmente, se dice, el celo no lo notan los propios omegas hasta 24 horas después, los que lo notan son alfas. Es casi como si el celo avisase a quienes más les concierne el asunto, antes de que este llegase a azotar a su portador.

—Bro, necesito comprar un par de cosas.

—¿Otra vez?

—Sabes, el asunto de que algo se llame ciclo/periodo/etc. Es porque tiende a repetirse cada cierto tiempo —Dave suspiró, ¿Por qué tenía que lidiar con esto? Genética de mierda—. Estoy casi seguro, de que ni siquiera tú quieres que cualquier viejo verde de mierda me viole gratis por ahí por culpa del celo.

—Me convenciste con lo de "gratis" porque es cierto, the fun can't be free.

Dave no estaba seguro de si Bro hablaba en serio o bromeaba. Su cara, su tono... nada le revelaba nada, y menos con esas gafas irónicas de mierda siempre sobre sus ojos.

—Entonces, ¿puedes darme el dinero?

—Sí, claro, apenas dejes la casa impecable —dijo Bro, sin hacerle realmente caso a Dave.

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⏰ Last updated: Dec 15, 2016 ⏰

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