Capitulo 4

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Comenzaba un nuevo día, tengan por seguro que fue una de las noches más largas y más pensativas que he tenido y allí estaba el problema no quería seguir así y menos tanto tiempo ya que Lucía se demoraba en llegar, debía pensar en algo para no estar así todo un día, toda una noche, todas unas semanas no quería seguir así.

Me levanté, organicé mi cuarto, me bañé y salí a desayunar, como todos los días era el que faltaba en el comedor, me senté y mi madre pudo notar en mi cara o no sé cómo, pero vio mi desespero y mi incertidumbre de eso estaba seguro, las madres siempre notan todo, aunque uno no lo demuestre tanto.

Terminamos de desayunar y ese día le tocaba a mi hermana lavar los trastes sucios entonces pensé en irme a mi cuarto de nuevo, pero en esa me llamó mi madre:

- ¡Hijo, ven!

- ¿Qué paso madre? respondí yo, tratando de evitarla.

- ¿Qué tienes? Preguntó ella.

- Nada madre, ¿Por qué la pregunta? Respondí

- Noto tu cara de angustia como de tristeza yo sé que te pasa algo y no quieres decírmelo, respondió ella.

- Que lista eres mamá pues sí, estoy como con una incertidumbre porque una amiga se fue con su familia de vacaciones y no regresa por unos meses y pues le tengo mucho aprecio y ya la extraño, respondí yo.

- Pero hijo ella está bien me dices que está con su familia de vacaciones, cuando regrese seguirán hablando no te preocupes, me dijo ella.

- Bueno mamá gracias por preocuparte, respondí yo tratando de hacerme a la idea, pero obviamente no podía, aunque todo lo que mi mamá me dijo era cierto.

Entré a mi cuarto, y aún no encontraba la manera de no pensar en ella en ese tiempo desde anoche y no encontraba la "herramienta" perfecta pero dentro de mí guardaba la esperanza que ya la iba a conseguir.

Llegaba la hora del almuerzo, ya se había realizado el oficio y pues mi madre nos había invitado a un centro comercial que quería comprar unas cosas para los cuartos de nosotros y para ella quería más vajillas para la cocina entonces pues decidimos ir, mientras estábamos recorriendo buscando lo que queríamos comprar, pasamos por los pasillos de cuadernos, lapiceros, todo lo referido al colegio en ese momento se me ocurrió una idea y era comprar un cuaderno y allí escribir todo lo que en cada momento sentía por la ausencia de Lucía creía yo que iba a ser una gran manera de aliviar ese dolor y además me acordé de una frase que dicen que a según escribiendo es una de las maneras para desahogarse entonces porque no intentarlo quizá me serviría.

Terminamos de comprar las cosas se preguntarán si compré el libro y pues si lo compré, ayudamos a mamá a llevar las cosas al carro y cogimos rumbo a la casa de nuevo luego se me ocurrió que ir a comer era una buena idea así que propuse hacerlo y aceptaron así iba a ver menos tiempo libre para mí y para pensar en Lucía.

Fuimos a un restaurante que le gusta mucho a mi hermana la mayor yo nunca había ido, pero confiaba en que la comida era rica porque mi hermana tenía un paladar exquisito no es que coma demasiado y esté con mucho peso, pero si cuando come algo le gusta que sea algo del otro mundo o al menos así lo describe ella, pero al parecer estaba en lo correcto la comida en ese lugar era muy rica menos mal todos quedamos satisfechos.

Llegamos a la casa, organizamos lo que compramos y obviamente lo primero que acomodé en mi cuarto fue mi apreciado cuaderno, a partir de ese momento iba a empezar hacer lo más importante de mi cuarto, debía cuidarlo mucho como si fuera una persona es que en realidad iba a ser casi eso porque iba a ser yo, pero en hojas entonces valía la pena tanto cariño hacia él.

Estaba muy cansado, en todo el día había estado haciendo cosas y no me quedó tiempo para escribir ni pensar en Lucía al parecer era algo bueno para mí, aunque no tanto porque la incertidumbre es algo mortal creo yo porque no saber nada de la persona que aprecias demasiado es como duro, pero bueno ya sabré algo de ella, me quedé dormido en un momento muy rápido y por fin había logrado conseguir el sueño de una forma rápida y sencilla.

Amaneció y era un bonito día, ya había gente en la calle haciendo ejercicio, corriendo, barriendo, haciendo muchas cosas y eso me daba buena vibra y pensaba que iba a ser un día diferente a los demás, me levanté de la cama y en lo primero en lo que pensé era en el cuaderno a pesar de lo cansado que estuve ayer no olvidaba donde estaba no era costumbre mía porque si dejaba algo por allí creía que me iba a acordar al otro día y así no era siempre se me olvidaba donde dejaba las cosas no sé si les pasa lo mismo o soy el único pero bueno lo cogí y lo destapé y cogí un lapicero pero al momento de ir a escribir algo pensé en qué voy a escribir llegué a la conclusión de que a pesar de haber pensado que tenía la solución para calmar esa angustia de Lucía no era cierto porque no sabía en ese momento justo que iba a hacer con el cuaderno y allí empezó otro dilema: tener que pensar que voy a hacer y/o que quiero hacer con el cuaderno aunque no era algo tan malo ya que iba a tener el tiempo para pensarlo mientras hacía otras vueltas que me había encargado mi madre en ese transcurrir del tiempo tenía que tener ya una idea clara.


Vivir AmándonosWhere stories live. Discover now