Cuando el pavimento se convierte en basura, y el oxígeno en tabaco.
Cuando los sueños son destrozados y la realidad se convierte en una triste y agobiante rutina que cuestiona la razón de existir.
Cuando el maltrato y el sufrimiento son la forma más común de sacar sonrisas.
Cuando los verdes prados se convierten en solitarios desiertos y los inocentes e indefensos animales son hallados muertos y convertidos en accesorios.
Cuando los recuerdos y esperanzas están perdidos y olvidados en lo profundo de un pozo.
Es cuando, el hombre deja de ser humano.
Cuando la gente pierde su humanidad, no hay bestia que se le pueda comprar.
Los espectros a los que temen, no hay fantasma o monstruo, ni siquiera el peor de los demonios que sea más cruel que él.
Cuando el alma de una persona es tan oscura como la noche misma, no hay más que perdición.