Pequeñas gotas de sangre salían de las heridas recién hechas en sus brazos. Las lágrimas dejaban un recorrido en esas mejillas pálidas y cubiertas de lunares.Hoy, Scott lo golpeó “accidentalmente” cuando iba por los pasillos del instituto. Hace más de 2 semanas que sucedió lo del Nogitsune. Se culpaba de la muerte de sus amigos, de sus compañeros, se culpaba a él mismo por todo lo acontecido, tal como su manada lo hacía.
Se vió al espejo del baño que tenía enfrente y las lágrimas surcaron nuevamente su rostro más pálido de lo normal, con esas ojeras que se podían ver a kilómetros y, sin poder soportar su propio peso, cayó al suelo de rodillas.
Estaba cansado, cansado de tener que soportar la mirada de desprecio de su mejor amigo, de su hermano. Estaba cansado de estar solo, se sentía como después de la muerte de su madre, cuando su papá se la pasaba ahogando sus penas en alcohol sin importar que tuviera un hijo del que cuidar.
Se sentía solo.
Estaba solo.
Sus amigos lo habían abandonado.
Lo despreciaban.
Lo culpaban.
Lo odiaban.
El dolor de todos esos pensamientos lo ahogaban. No podía cargar con todo el sentimiento de culpa, tanto suya como la de los demás -a excepción de Derek-.
Se fue calmando poco a poco, las lágrimas ya no caían, la sangre de las heridas estaba seca y él se quedó sentado en el piso de baño con sus piernas a los lados y mirando a la nada.
--Stiles.- se escuchaba una voz lejana que se le hacía familiar. Se limpió los rastros de lágrimas y bajó las mangas de su sudadera para después abrir la puerta del baño.
--Derek.- preguntó más que afirmó. No se esperaba ver al moreno en su habitación, y mucho menos se esperaba que este lo toma del brazo donde tenía los cortes recién hechos -a lo que inevitablemente soltó un quejido lastimero- y lo alzará haciendo caer un poco la manga de la sudadera que le quedaba grande gracias a su preocupante pérdida de peso.
--¿Porqué lo haces?- pregunto mostrando su brazo con varias cortadas en él.
Bajo la cabeza. No le quería contar sus problemas con Derek, no porque no le tuviera confianza, si no porque sabía que Derek se culpaba de la muerte de su familia y, a comparación del castaño, el mayor había sido fuerte.
--Stiles.- llamó el mayor --¿Por qué no has ido a los entrenamientos?
--Pensé que no te importaba.- la voz apunto de quebrarse del menor hizo que sintiera una punzada en el pecho. Las ganas de abrazarlo y protegerlo al igual que arrancarle la cabeza al responsable del aspecto su pequeño lo invadieron, pero logró controlarse.
--Me importas Stiles… y mucho
Al al no recibir respuesta por parte del menor, soltó su brazo y dió media vuelta dispuesto a irse pero unos delgados brazos abrazándolo por detrás lo detuvieron.
--No te vayas... por favor.- sentía las húmedas lágrimas de su humano mojar su camiseta pero no le importaba. Giró aún entre los brazos de su pequeño y le devolvió el abrazo, pegandolo a su cuerpo, protegiéndolo --No me dejes solo.- susurró.
--No estás solo, yo estoy contigo.- dijo.
Separó un poco al menor para poder sostener su cara entre sus manos, acunandolo. Le limpió las lágrimas y unió sus frentes, mirándose profundamente a los ojos observando el amor en estos hacia el otro.
--No te vayas.- su voz sonaba como un susurro.
--No me iré.- respondió en el mismo tono que el castaño.
--¿Lo prometes?
--Lo prometo.
Y un silencio cómodo para ambos apareció, mientras seguían viéndose con ese amor profundo que se profesaban.
--Te quiero.- dijeron al unísono, lo que provocó que ambos rieran y se unieran en un beso en el que transmitían el amor que habían escondido durante mucho tiempo por miedo al rechazo y que ahora por fin dieron a conocer.
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Alone ♥Sterek♥
Fanfiction--No te vayas.- su voz sonaba como un susurro. --No me iré.- respondió en el mismo tono que el castaño. --¿Lo prometes? --Lo prometo.