Sufriendo Por Tu Amor. [Pablo Alborán.]

Capítulo. 3 ‹‹Un Mar De Emociones.››

                 Sarah

— Así que este lugar sigue siendo tu consuelo eh? — Escuchó una voz a mis espaldas y volteó para asegurarme si me ha hablado a mí.
—  ¿Disculpa? — Musito extrañada.
Veo a alguien pero solo logró ver su espalda ancha y por más que lo sigo observando no me da la cara así que decido ignorarlo.

Eso fue extrañó.

Estar aquí después de tanto tiempo me hace recordar todo lo vivido, siempre solía venir aquí en busca de respuestas, me hacia pensar con claridad por alguna extraña razón y siempre que tomaba una decisión ésta nunca me defraudaba o me causaba arrepentimiento alguno.

Deje un tiempo España estuve viajando por el mundo en busca de adrenalina o mejor vida.
Ahora que comencé con el modelaje pero emprendi mi carrera de locutora volví a la vida de hace unos cuantos años, pero me alegró he tenido exito y pondré en accion todos esos años de estudiar  locución. 

—Señorita aquí esta su café y su rebanada de pastel — Habló una voz haciendome sacar de mis pensamientos.

— Graci... — Me quede sin palabra alguna al notar a Pablo enfrente de mí sentado en la silla de acompañante y sonriendo triunfante. 

Yo tan solo podía mirarlo, me encontraba en shock completamente.

— ¡Hey! ¿te encuentras bien? Parece como si hubieses visto un fantasma — Se burlo Pablo.
— Es literalmente lo mismo. — Susurro como si no creyera lo que estoy viendo.

Pablo me analiza, con sus penetrantes ojos y yo tan solo sonrio nerviosa.

Pero por Dios! ¿Qué hacia el aqui?  y en la misma mesa que yo más aparte teniendo mi pedido.

Vale, esto es bastante confuso.

Deslizó el café y la rebana de pastel por la mesa hasta que llego a mí y él solo sonrío. 

Le doy un mordisco a la rebanada de pastel, ¡maldicion! esta delicioso,  disfrutó cada una de las mordidas que le doy hasta terminar con el.
Esté sitio nunca me defrauda, siempre que pidó algo termina siendo la delicia del mundo.

— Tienes un poco de — Pablo con su dedo índice señala su labio a lo que yo captó enseguida y me limpio.
— Gracias Pablo. — Le sonrio tímida, él solo asiente.

Y ahora ¿qué se supone que haga?

¡Hablar! Claro como lo hacen todos y preguntarle que hace aquí y después me iré como si nada hubiese pasado.

— Así que,¿qué te trae por aqui? Pablo, tú sabes a sentarte en la misma mesa y traerme lo que pedí. ¿Cómo sabías que estaría aquí?. — Pregunte intentando sonar lo más normal que pude.

— Salva — Fue lo unico respondió, parecía un poco molesto ahora.
— ¿Salva?— Pregunté al no entender que tenía que ver él en todo esto.
— Sí, tú le mencionaste que vendrías hoy a este sitio para pensar sobre lo que paso en la estación respecto a mí. Decidí  venir y charlar sobre ello. Y miradme aquí estoy. — Respondió mirandome con sus ojos, esos ojos que leen atraves de mi alma.
— ¿De qué quieres hablar exactamente?— Musite nerviosa, mordiendo mi labio inferior. Pablo no paraba de mirarme y eso hacia que mis nervios aumentarán.

Pablo acomodo sus codos sobre la mesa y en las palmas de sus manos aposiciono su barbilla. Logrando así una perfecta vista de mi rostro.

— ¿Por qué?— Cuestióno dolido y confuso. Guardo silencio unos segundos pero al notar mi intentó de hablar él nego y con gusto entendi, él debía proseguir. 

—¿Por qué mentiste al decirme que no me recordabas? ¿Por qué nunca me buscaste? ¿Por qué actúas como si yo no existiera en tu vida? ¿Por qué vienes y apareces de la nada? y ¿Cuál es la razón de tu timidez? — Respiró hondo tratando no llorar, lo sé porque su voz cambiaba con cada palabra recien dicha, lo sé porque sus ojos se veían cristalinos. Lo sé porque lo conozco y sé que no esta bien.
— Han pasado 5 años desde tu adiós, 5 años de esperar volver a ver tu sonrisa, 5 años donde he tenido giras, fans,  sentimientos que jamas crei sentir, Sarah fueron 5 años de vida, sí de vida sin ti, de no saber si esperarte o olvidarte.
5 jodidos años los cuales no pudisteis coger tu móvil y marcar, no pudisteis viajar España a visitar a tu familia o a mí. Sabías de mis giras, de mi carrera.  Lo sabías todo y nunca hiciste nada. — Retomó su postura recta, su mirada era dura, tan dura que dolia en lo más profundo de mi ser.

Cierro los ojos y vienen a mí cada momento de estos 5 años a mi mente.

Pablo tiene razón para mí resulto tan fácil irme y dejar todo atrás, sabia con exactitud de la vida de Pablo y siempre me retractaba de cualquier decisión respecto a él.
— Yo no lo se. — Agacho la cabeza. Era la unica respuesta que venía a mi cabeza por más incierta que esta fuera.
— Sarah vengó a afrontar mis sentimientos, a buscar respuestas. Sarah he venido aqui con toda mi valentía y para qué? Para que solo me contestes un no lo se. —Niega, sostiene con sus manos mi cabeza e hace que lo mire, no puedo, no puedo más con esto Pablo esta conmigo apesar de todo lo que lo hice y lo único que hago es ser cobarde. Él no se merece esto, nunca se mereció todo lo que le hice.  Y yo nunca he merecido a Pablo. 

Ya todo esta hecho, si el destino nos puso en el camino será cuestión de nosotros seguirlo. 

Sé que lo he arruinado todo, que todo a cambiado, sé que no tengo excusas para mis actos, pero si Pablo a venido aquí para solucionar esto no puedo tan solo ignorar su gran esfuerzo y dejarlo ir.
Es momento de soltar todos los miedos y luchar por lo que realmente quiero. 

—¡Pablo!— Le abrazó, sí le abrazó con toda la intensidad del mundo, con tanta fuerza jamás ejercida, quiero que se sienta completo justo como me siento yo al estar en sus brazos de nuevo. 

Sus ojos muestran asombro, tienen un cierto brillo que lo hace magnífico y sus pupilas, sus pupilas se abren más de lo normal.
Su corazón late con fuerza, puedo sentir su alegría.
Ahora todo es maravilloso.

Dime Pablo ¿te están llegando mis sentimientos?.
Quiero que te lleguen mis sentimientos.
Ahora solo tú y yo.

—Pablo—le susurro como si de un niño pequeño se tratase. Intento safarme del abrazo, pero él me detiene sobre su pecho con sus impotentes brazos, esos brazos que lo pueden todo.
— ¡No!— Bramó dolido. 
— No te sueltes de mí como en aquella ocasión, no vuelas a irte.  Tan solo quedate a mi lado otra vez y no despeguéis tu alma de la mia.—  Suplicó con sinceridad.
Tomó unos de mis mechones de cabello entre sus manos y deposito un tierno beso.

— Claro Pablo, no te dejaré nunca más. — Le mostré mi dedo meñique y el enseguida captó.
Sabe más que nadie el significado del meñique para mi.
Junto su meñique con el mío y con una sonrisa fugaz el pacto se firmó.

Somos tan solo tú y yo contra este mar de emociones que desprende este amor tan fugaz.

—¡Pablo!— Resuena aquel grito lleno de dolor y molestia por todo el lugar, obteniendo nuestra total atención. 

Y como todo lo bueno llega lo malo.

Hola lindas personas hoy he venido a actualizar después de tanto tiempo. Os espero que gustéis mucho del capítulo. 😊😳