Historias Malditas 1 - El Lobo de Invierno

Capítulo II

  — No entiendo como no ven lo asombroso de tu experiencia, ¡ha sido lo más emocionante del año! — dijo Nicolai tomándome del brazo.

  — Tu solo lo dices porque te gustan las cosas raras, pero créeme, no hay nada de "cool" en ver a alguien morir.

  —  Solo diré una cosa: A-gua-fies-tas

Rodé los ojos y seguí caminando por el pasillo del colegio. Era inevitable no hacer caso a las miradas muy poco disimuladas de la gente. 

Pero, ¿qué se puede esperar? cuando pasa algo así en un pueblo tan chico como este, la gente alucina.

Ya saben lo que dicen, pueblo chico..

La chica que había muerto en mis brazos seguía siendo una completa desconocida, al parecer, no era de por acá. La policía sigue investigando, pero ya han pasado semanas y no han dicho nada, temo que no volveré a saber de ella.

Muchos dirían que luego de semejante escena ya estaría en un manicomio o algo por el estilo, pero al parecer mi tía hizo ciertos "arreglos" para que solo tuviera que ir al psicólogo una vez por semana.

Ay, sí, eso seguro me ayudará a olvidar todo.

  — Anda Gatita, es muy temprano para tus caras de odio al mundo. — dijo Nico revolviéndome el pelo. 

  — ¡Pendejo, no toques mi pelo! —  le di un golpecito en el hombro.

  — ¡Ay, dios, me has quebrado todos los huesos! —  exclamó dramáticamente y comenzó a retorcerse de risa.

  —  Cada vez me sorprende más tu nivel de estupidez.

Seguí caminando y entré a la clase de Química, dejándolo solo en el pasillo.

  — Señorita Grosvenor, llega tarde. Tendrá que esperar en el pasillo hasta que termine la clase.

  —  Pero... — paré en cuanto vi la mirada de la profesora. Me encogí de hombros y cerré la puerta.

Me senté contra la pared del pasillo con mis auriculares.

Dos canciones y media habían pasado cuando vi al director acompañando a una chica de mi edad.

Su cabello es color zanahoria. 

Debo haber hecho alguna cara graciosa, porque la chica me miró con curiosidad. O quizás tengo algo en la cara, ¿quien sabe?

El director y su acompañante entraron al aula. Pegué el oído contra la puerta para escuchar mejor.

  — Alumnos, quiero que den la bienvenida a su nueva compañera, Bianca Vanhanen, y espero que sepan integrarla en lo que resta del año. 

Acto seguido, el director salió del aula y me dio un portazo en la cara. No sabía si llorar o reirme mientras el Sr. Rodhes chequeaba que yo estaba bien y me daba un sermón sobre escuchar detrás de las puertas.

Volví a escuchar música mientras el director volvía a su oficina murmurando algo sobre "los chicos de ahora".

Un mensaje llegó. Alex

«¿En que salón estás?

»En ninguno.

«Venga, no puedas pasar toda la vida enojada vaya-uno-a-saber-por-que. 

»Tu sabes por qué...

— No lo sé, pero podrías decírmelo, ¿cierto?

Ahí estaba, parado delante mio, Alex. Dios, se ve tan lindo.

Recuerda que estás enojada.

Oh, cierto.

— Si me prestaras un poco más de atención lo sabrías, pero ya que no lo sabes, ¿por qué no le preguntas a Claire?, de seguro ella sabe.

— ¿Claire? ¿Ahora son amigas? — dijo confundido.

— No tienes ni medio cerebro, ¿cierto?

— ¿Que? Oh... lo dices por esa noche. No fue nada y lo sabes, ella no significa tanto como tú.

He ahí la gota que colmó el vaso.

— ¿En serio? ¿Quieres que le diga a Claire eso que acabas de decir? ¡Ninguna de nosotras significa un comino para ti! ¡Esto se terminó! — dije furiosa — Oh... Y espera a que le cuente a esa pobre chica, alguien tiene que salvarla antes de que le pintes el mundo de rosa, idiota.

Salí apresurada hacia el baño de chicas. Había terminado con Alex, aunque no me costaba creerlo, hace meses que no deja en paz a otras chicas. 

Me senté sobre el lavabo y continué con mis canciones. Cuando el timbre sonó, salí al pasillo decidida a buscar a Claire, ella aún estaba a tiempo de salir de esto.

Iba en camino cuando alguien me chocó y caí, dándome la cabeza contra el piso. Todo lo que vi fue un destello naranja antes de que todo se volviera negro.

Maldita chica zanahoria.

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Nico en la galería <3