El amor no es solo entre desconocidos

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Se tomaba un vino hasta quedarse dormida en el sillón, escuchando la misma canción triste que me dedicó con una botella de ron en la mano.

Se acostó con mujeres y hombres, queriendo encontrar el cariño que nunca pude darle, porque estaba lo suficientemente rota cmo para siquiera quererme a mi.

Llegaba llorando a mi cuarto, con el aliento a cerveza y unos 20 cigarrillos con olor a su soledad, diciéndome que me quería y yo solo le respondía "me molestas", a pesar de que no era eso lo que quise decir, solo que borracha no era la mejor forma... y lo sabías.

Su pasado no fue el mejor, y es que a sus 30 años aun tiene marcas de los 17. Lo sabia más que bien, pues tomaste tu depresión y me la repartiste como cartas de tu pasada mala jugada.

Creciste sola y aprendiste que si te rompen los pilares, aun te quedan piernas de hierro. Que los hombros se vuelven arena y en ellos, castillos. Que la soledad se te vuelve mas dura a las 3 a.m en tu habitación, viendo bridget jones con una cerveza en la mano, o un par de canciones de un mal amor al cual le solías llorar.

Lo sabia más que bien, sabia que te sentías mal y nunca me di el lujo de buscarte a tu cuarto, acostarme contigo y reirme un poco de los problemas que nunca nos contamos, no sé por qué. Pues, mas que tu hija, fui el desastre que cometiste a tus 19 años, luego de perder todos tus sueños por apostarle todo al hombre incorrecto. No me da pena, ni risa, no he sido muy de sentimiento luego de que me refregaron en la cara que la vida no es de color rosa, y si lo fuera, la lluvia te iba a quitar la pintura y tendrías que volver a pintarte la vida de colores, esa por la que tanto te esforzaste.

Tal vez el amor no era para ti, ni para mi, al fin y al cabo, soy sangre de tu sangre.

No estamos tan rotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora