Ya aceptaste que te dejó, que no te quiere o que todo terminó; trataste de aceptarte tal y como eres y quererte, pero parece que aquello no da resultado. Lo que sucede es que te falta llorar. Una vez leí en algún lugar que el llanto es la manera en que el alma se purifica. Es cierto. Deja que todo fluya. Llora y no te detengas hasta que tus ojos se queden sin lágrimas. No hables con personas si no quieres hacerlo, no salgas a fiestas, no coquetees con nadie, no mandes nudes ni pidas amor. Estás en una etapa sensible en la que todo parecerá ser otra cosa. No te enamores porque sencillamente no es amor. Llora. Purifícate.
Sé ese zombie ojeroso que siempre quisiste ser. Llora y siéntete de la manera que mejor te purifique. Tal vez califique como masoquista, pero, más que por él, lloré por mí. Por lo estúpida que fui, por haber confiado tan ciegamente y por haberme humillado a mí misma al suplicarle que no me deje. Fue en esa parte tormentosa en que Taylor Swift se volvió mi mejor amiga y, aunque ya no tenía fifteen, esa canción parecía estar compuesta para mí. Bravo TayTay.
En verdad creí por mucho tiempo que él era el hombre de mi vida, que nos casaríamos y seríamos felices por siempre. Resultó que no era cierto, pero esas cosas pasan, así que lloré. Lloré hasta que ya no me quedaron razones ni lágrimas para hacerlo. Llora porque es nuestro derecho llorar y porque necesitas que todo el dolor salga de ti.
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50 Pasos para sanar tu corazón
Short StoryTerminó. No importa si fue tu mejor amigo o alguien a quien apenas conocías, tampoco importan los problemas que tuvieron ni las ganas de superarlos juntos que sentías. Da lo mismo que hayan compartido semanas, meses o años juntos. Al momento de term...