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Parte Única

Aeryn es una joven de 23 años, y por su corta edad, desde hace dos años que ella trabaja en la limpieza de un hotel de extremos lujos. Era un empleo que cualquier chica mataría por tener, pero la razón de porqué Aeryn tenía ese trabajo, y no cualquier mujer, constaba por el simple hecho de que odiaba la moda. Tenía un estricto carácter que caracterizaba fuertemente la ignorancia y un trato igualitario frente a famosos. Asumía, de forma segura e indubitable, que ninguna estrella millonaria sería lo suficientemente buena para ganarse su aprecio.

Muchas personas alojaban el extraordinario hotel, desde reconocidos presidentes, empresarios exitosos, incluso hasta famosos cantantes que buscaban descansar un poco de la rutina. Sin embargo, para Aeryn, eran simples personas que buscaban una habitación cualquiera dónde pasar unos días. Su vida era rutinosa, ella cumplía firmemente con los más irrelevantes y detallosos reglamentos; trataba con un total y envidiable respeto a las personas... pero lo mejor era que no mostraba ansiedad, nerviosismo o emoción ante la gente que se hospedase. Los alojados se sentían relajados de la presión de tantos fanáticos, y estaban complacidos con la ignorante actitud de la joven frente a ellos.

Por esto, y muchas otras cosas, el hospedaje del lugar era muy reconocido; cualquier famoso podía realizar libremente sus deseos ocultos sin pudor alguno. Aeryn conocía secretos que ni los fanáticos más desquiciados del mundo sabrían, había visto toda clase de mentiras que ellos ocultan de sus seguidores. Eso le parecía injusto, y no quería creer nunca en alguien con dinero; y pensaba nunca hacerlo. Ella debía ser así o, como consecuencia, se sentiría muy decepcionada del ídolo.

Sin embargo, su negatividad se vió obligada a llegar a la duda... Su jefe -dueño del hotel- avisó con total calma que ese día llegaría un famoso grupo, unos hermosos jóvenes extranjeros con un gran talento: Bangtan Boys.

Aeryn se encargaría de dejar en perfecto estado siete camas, las cuales ocuparían tres habitaciones: tres camas en una, y dos en cada una de las dos habitaciones restantes.

A diferencia de otros días, Aeryn estaba en completa ansiedad; se esforzaba enormemente en dejar las habitaciones muy bien arregladas. Comenzaba a sentir una enorme curiosidad en esos jóvenes que tanto anticipaban todos. Tras lograr su misión, su cuerpo comenzó a temblar y sus ojos estaban levemente aguados. Ella sentía mucho pánico y nerviosismo, algo que hace tiempo ya no percibía.

¿Por qué?, trataba de cuestionarse. Recordó, a sus 16 años había amado enormemente a un grupo de bailarines. Pero dejó de hacerlo, porque la fama siempre ocultaba grandes mentiras; y ella no quería reconocer que su banda era un fraude. Y estos curiosos bailarines surcoreanos, despertaron nuevamente aquella niña de 16 años.

Al cabo de unas horas de mérito, Bangtan Boys dio pie dentro del hotel. Aeryn se sintió morir, eran chicos muy lindos -hermosos-, y eso la puso aún más nerviosa. Ellos saludaron cómodamente y se acercaron a pedirle las habitaciones. La joven le entregó las llaves a estos chicos, quienes la ignoraban totalmente contando alguna especie de chiste entre ellos mismos; posteriormente los guió hasta sus cuartos.

Pero Aeryn se sentía firmemente atraída, quería conocerlos más. No quería alejarse de ellos.

ㅡPor favor acepten las comodidades que brindamos, y déjenme traerles un delicioso almuerzo en media hora.ㅡ Hablaba ella, se encontraba incómoda. Nunca antes había ofrecido una comida, mucho menos gratis. Pero sentía la necesidad de pasar más tiempo con ellos, haría lo que fuese.

Los apuestos chicos no dudaron ni una palabra de las verdaderas intenciones de la joven, por lo que los siete asintieron desinteresados.

Un enorme peso se le quitaba de encima, pero otro más grande surgía: ellos aceptaron su servicio, pero la crisis de la que sufría ahora era no saber qué prepararles para poder encantarlos. Decidió hacer algo especial, y cocinó una extravagante comida, de las más caras del menú. Las arregló con total meticulosidad, y luego fue emocionada a entregarla.