Capítulo XXII

1.9K 102 39
                                    

Llegamos a Australia básicamente me enteré por la azafata, porque si hubiera sido por Víctor ni me enteraba aun pisando ese nuevo lugar ¿Por qué? Sencillo, me había puesto su pañuelo del cuello en los ojos ya que decía que iba a ser sorpresa. Solo estuve una vez en aquel lugar, fue cuando el instituto hizo una excursión.

Víctor: Me gustaría que disfrutes de los viajes que haremos, aprovecharemos el día... o los días bien.

Aquello me dio malas sensaciones ¿Días? ¿En plural? No puedo perder clases y tampoco me gusta estar de viaje tanto tiempo, aunque curiosamente mi vista comenzó a ponerse borrosa tras pedirle a Víctor que me quitara aquel pañuelo.

***
Rosa: ¡Peggy! ¡PEGGY!

Aquella enana peliblanca no dejaba de gritar y me estaba poniendo aun mas nervioso de lo que ya estaba. No dejaba de aporrearla puerta donde estaría seguramente la maruja periodista escribiendo sobre cotilleos poco interesantes.

Castiel: Voy a tirar la puerta.

De un fuerte golpe tiré la puerta dejando a la enana peliblanca con la boca abierta encontrando a Peggy en la sala de informática tecleando sin parar con unos cascos puestos en los oídos, ya llevaba bastante cabreo encima como para aguantar a la maruja gritona y a la enana peliblanca. Le quité los cascos de golpe tirándolos al suelo sin cuidado mirándola fijamente.

Peggy: ¡¿PERO A TI QUE TE PASA?!

Rosa: ¡PEGGY! ¡Queremos que nos ayudes a investigar donde esta Akeno!

Peggy: ¿Gano algo?

Castiel: No tragarte el ordenador —Mi paciencia estaba al límite.

Peggy: Uy, el rebelde esta nervioso por la ausencia de su novieta.

Aquello me crispó, estaba a punto de pegarle pero me contuve porque la necesitábamos así que simplemente di un fuerte golpe en la mesa con el puño aboyandola un poco.

Rosa: Vamos, Peggy, necesitamos tu ayuda.

Peggy: Esta bien pero me debéis una ambos.

***
Nos encontrábamos en lo que parecía ser una habitación de un lujoso hotel, estábamos Víctor y yo y ¿Dake? ¿Que coño pinta este aquí? Vaya, creo que el era de aquí, tendría sentido. Sacudí la cabeza, céntrate Akeno.

Dake: Hey, guapa, mucho tiempo sin vernos

Víctor: ¿Os conocíais?

Akeno: Digamos que nos hemos visto algunas veces

Dake: ¿Lista para hacer surf?

Akeno: ¿Surf?

Me explicaron el plan que tenían, querían que hiciera surf con ellos no comprendía que quería exactamente Víctor llevándome a Australia a hacer surf ¿Sere la única que vea esto como un sin sentido?

***
Estábamos en la biblioteca, con el ordenador de la maruja periodista, estaba tecleando rápidamente cosas que no entendía, yo estaba sentado en la silla con las piernas sobre la mesa intentando pensar en otra cosa, aunque la enana peliblanca no ayudaba, no dejaba de mandar mensajes a Akeno hasta que por fin pudimos contactar con ella.

Rosa: ¡Al fin le llegan mis mensajes! ¡Le llegan mis mensajes! ¡Peggy, mira!

Aquel realmente me dejó desconcertado, pero en cierto modo me alivió porque supondría que estaríamos mas cerca de encontrarla y de yo poder pegarle a fondo a ese imbécil de Víctor. Peggy cogió el teléfono y comenzó a semidesmontarlo mientras lo enchufaba a su portátil y seguía tecleando.

Una púa para dos [Castiel x Sucrette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora