Capítulo uno.

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La biblioteca, un lugar lleno de libros y con un silencio de cementerio. Adoro ir a la biblioteca, puedo estudiar en paz sin que nadie me moleste, tengo al alcance toda la información y entretenimiento que quiera.  Normalmente los adolescentes como yo repudian la biblioteca, yo la adoro.

Aunque ahora mismo no estoy por mi gusto, mi mejor amiga necesita ayuda con un trabajo y yo le ayudo. ¿Eso hacen los amigos no?

–Zoe, creo que deberíamos irnos –Susurre–. Ya es tarde, casi has acabado el trabajo.

Me gire para comprobar que la bibliotecaria no me había escuchado, era una mujer de unos cincuenta años que nadie desearía tener como madre y por lo tanto bastante estricta.

–Em, un momento Lottie –Señalo la hoja y dijo–. Copio esto y ya estoy.

Asentí, me comenzaba a cansar de su trabajo, tanto cambio climático me hacía sentir mal.

Cuando por fin mi amiga acabó su querido trabajo salimos de la biblioteca, el cambio de temperatura era enorme por lo que chocamos con el frío. Caminamos hasta la parada de autobús, ya que Zoe se iba a su casa en uno de esos. Yo tenía que esperar a mi hermana,  vivíamos a las afueras de la ciudad y había pocos buses hasta mi casa.

–¿Estas segura que no quieres que te espere? –Me pregunto Zoe, su autobús acababa de llegar-. Pasará otro bus dentro de 15 minutos.

–Tranquila Zoe, no hace falta, mi hermana tardara poco en llegar y entonces tú te quedaras sola. –Le conteste, realmente apreciaba su acción

–Bueno como tú quieras. –Se despidió de mí con un beso y se subió al bus.

Caminé hasta un banco tras la biblioteca, había una pequeña calle poco transitada, mi hermana vendria a buscarme allí. Hacía frío y solo deseaba que no tardase mucho.

Estaba tan concentrada en mis manos que no me di cuenta de que tenía un chico delante hasta que me toco el hombro, me asuste y lo aparté de un manotazo.

–Esto… Hola. –Me hablo el chico desconocido, que se frotaba la mano a causa de mi golpe-. No vengo a robarte ni nada, lo siento si te he asustado.

Me fije en él, un chico posiblemente más mayor que yo, ojos claros y pelo oscuro. No podría decir los colores exactos ya que la falta de luz me lo impedía. Parecía peligroso y a la vez la cosa más tierna jamás vista. Eso sí, era muy guapo, por no decir guapísimo.

–No me has asustado, solo no me lo esperaba –Mentí, si que me asusto, bastante.

–No importa. –Me miro a los ojos, seguía sin poder descifrar su color–. ¿Sabes cómo se va a la biblioteca?

¿Solo quería eso? Pues vaya. 

–¿Ves este edificio que hay detrás mío? –El asintió, por lo que seguí hablando.- Eso es la biblioteca, la entrada está en el otro lado, has de rodearlo.

–Muchas gracias. –Me sonrió, pero no se fue, me siguió habland–. ¿Qué haces aquí sola?

–Espero a mi hermana. 

Que chico más raro, no le conocía para nada y me preguntaba eso. Aunque parecía majo. Me comenzó a hablar pero mi móvil sonó. Era mi hermana, así que lo cogí.

–¿Sarah? ¿Qué pasa? –Le hablé al teléfono, que en realidad era mi hermana.

–Lottie, no te puedo llevar a casa, lo siento mucho, he tenido un problema con el coche así que me quedare esta noche en casa de Kate. 

–Tú tranquila, no pasa nada. –Mentí.

–¿Seguro? –Hice un sonido algo parecido a un si–. Entonces te dejo, te quiero.

Y colgó. Era en momentos como estos en los que no tenía coche.

 –¿Te ocurre algo? –Me pregunto el chico. ¿Aún seguía allí? Pensaba que se había ido.

–Mi hermana me acaba de dejar plantada. –Soné molesta, la verdad es que lo estaba un poco.

–Si quieres te puedo llevar, solo he de ir a la biblioteca a coger un libro para mi madre y ya. –Me ofreció, pero yo no le conocía para nada e ir en el coche con un desconocido no es algo muy moral.

–Puedo coger un autobús.

 Miré mi reloj, dentro de una hora pasaría el siguiente, y no era muy conveniente quedarme una hora en la calle, podría estar en la biblioteca pero cerraría en diez minutos, prácticamente sería lo mismo.

 –¿Estas segura?

–No, mira no es muy normal por mi parte y no quiero parecer una aprovechada, pero mi autobús pasa dentro de una hora, así que no sería muy inteligente estar una hora en la calle, pero tampoco irme con un desconocido. Aunque mañana es viernes y he de madrugar. Pero… –Mierda, me había vuelto a pasar, hablaba y no callaba. Maldita yo por ser tan sociable–. Sí por favor, llévame.

El chico solo asintió y se rió, seguro que de lo cotorra que llegaba a ser. Comenzó a caminar hacía la biblioteca y lo seguí.  Una vez allí pidió un libro, y se lo dieron, era alguna tontería de recetas.  Al salir comenzó a caminar por donde poco antes habíamos venido, supongo que en busca de su coche.

–Un segundo, voy a buscar mi coche y ahora vuelto. –Me habló mientras comenzaba su camino en busca de su coche.

Estuve esperando unos dos minutos más o menos hasta que un coche de color negro se paró delante de mí. Abrí la puerta y dije: 

–¿Me puedes decir tu nombre? Por lo menos quiero saber el nombre de la persona que me lleva. 

Yo podía llegar a ser una persona muy rara, pero no podía subirme al coche de alguien sin saber nada de el, sabiendo su nombre no me sentiría tan tonta.

–William Galkin, pero llámame Will. –Sonrió, su sonrisa era perfecta-. ¿Y tú?

–Charlotte Evans, pero llámame Lottie. –Imité su acción, con la sonrisa incluida. Seguido eso entre en el coche.

Le fui guiando todo el camino, mientras el solo reía y asentía. Era un chico bastante majo para ser sinceros, pero parecía como triste, sus sonrisas me parecían sinceras pero no expresaban del todo sus sentimientos. Una vez paro en frente de mi casa le dije:

–¿Eres nuevo en la ciudad verdad? –Mi curiosidad podría matar a cualquiera.

–Sí, –Asintió–. ¿Se nota mucho?

–Intuición. –Bromee, tampoco sabía exactamente el motivo, ¿Por qué no sabe dónde está la biblioteca? La mitad de los adolescentes no lo saben–. ¿Por qué te mudaste aquí? 

Noté como se tensaba, parecía que no le gustaba hablar de ese tema, quien sabe.

–em… Ya sabes, lo típico… Mi madre quería nuevos aires. –Dijo un poco rápido y nervioso. Yo solo sonreí y salí del coche.

–Muchas gracias por traerme, buenas noches Will. –Me despedí, realmente me había hecho un gran favor.

–No hay de que, buenas noches Lottie, nos vemos pronto. –Dicho esto cogió y se marchó, por lo que yo entre en mi casa, para reflexionar de mi día, no había sido del todo normal.

Este es el primer capítulo, como vereis no es del todo interesante ya que es el primer capítulo y si no la novela perdería su magia, así que todo es esto por hoy, espero que os guste y que sigais leyendome. Un besooooo.

Votad y comentad por favor, os lo agradeceria mil.

-Alby-

Black PastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora