Una muerte especial. © PAUSADA

Capítulo 1

U N O

«Ciudad Nueva»

Imagine Dragons - Sucker For Pain

El viento traspasaba la ventana, golpeando mi cara, Merlín se encontraba en el asiento trasero de la camioneta, mi madre manejaba y yo estaba en el asiento de copiloto. Observaba la carretera, el cielo, y recordaba la despedida que había tenido con mi abuelo.

La festividad de Halloween se acercaba cada vez más. Casi podía oler las calabazas que las personas acostumbraban a poner como decoración, afuera de sus casas. Los niños pidiendo, ¿dulce o truco?, y todo el mundo disfrazado. En fin, era mi día favorito del año.

El abuelo prometió ir en halloween e irse hasta después de año nuevo, esperó que cumpla su promesa.

Odio cuando las personas no cumplen sus promesas, como mi padre, no tengo ningún recuerdo bueno de el, jugando o haciendo algo divertido, se la pasaba trabajando en su empresa y nunca tenía tiempo para su familia, pero se que mi abuelo no eso el.

― ¿Falta mucho para llegar?―gire la cabeza para mirar a mi madre.

―Unos cuantos minutos―dijo sin exactitud.

―Eso no responde mi duda―negué con la cabeza.

Mi madre se quedo callada por completo, miro por el retrovisor, para asegurarse de que el tráiler que traía nuestras cosas, viniera detrás de nosotros. Mi madre no era muy confiada.

Después de unos instantes mi madre estaciono la camioneta, habíamos llegado al pueblo de Pepperswood, donde habían asesinado a aquella familia, tal vez había un asesino suelto o no, la verdad es que no lo se porque no vi la noticia completa.

―Hemos llegado, ¿qué te parece?―mi madre bajo de la camioneta, esperando mi respuesta.

―Me agradaría si no hubiera un asesino en este pueblo.

―Eso ya es historia Ann, todo será mejor aquí para las dos.

―Eso es lo que tú crees, yo sigo pensando que hay un loco psicópata suelto―respondí con los brazos cruzados. Mi madre sólo ignoro mi comentario.

Mi madre se adelanto a revisar la casa por dentro. Yo la observe por fuera: era de ladrillo, con una rejilla de color negra, ventanas color café que combinaban con el color del ladrillo. A decir verdad, era un poco tenebrosa y la vez agradable, pero el pueblo no del todo.

Entre después de mi madre. La casa tenía sala, comedor, cocina, tres cuartos, un sótano, un patio trasero con un columpio y una piscina. La piscina era pequeña, pero nunca habíamos tenido una, así que tal vez era lo único bueno.

Más tardé, después de que la mudanza terminara de meter los muebles, cajas y otras cosas a la casa, dieron las 10 de la noche.

― ¿Podrías ir al pueblo por comida Ann?, en todo el día lo único que hemos comido es aire—

― ¿Quieres que me asesinen?―respondí sarcástica.

―Eres tan paranoica niña, toma las llaves de la camioneta y lleva a Merlín contigo―señalo las llaves, mientras acomodaba un cuadro en la sala.