Con cariño

161218

Cuando escribí la anterior carta todavía no había ido a verte, sabes, eso me provocaba un poco de tristeza.

Hace ya casi una semana que empecé a visitarte y la verdad es que estoy muy feliz de haber podido echar a un lado todo mi nerviosismo y haberme presentado en tu casa casi a las 8pm. Sinceramente creí que te molestarían las horas pero la sensación al verte sonreír fue tal que algo dentro de mi cambio, ni tan siquiera se que fue, pero ha habido algo.

Desde entonces he ido 4 veces, veces que decía, solo seran 5 minutos, y no estaba menos de 30 minutos. Es gracioso, tampoco parecía importarte mucho que duplicará el tiempo que decía antes de cruzar la puerta.

Por otro lado las dos últimas veces yo estaba un poco triste y estar contigo me hacía sentir mucho mejor. También a veces, bastantes veces, recuerdo que la última vez estabas muy cerca y era incapaz de mirarte y solo decía no sé a todo, pero es que, me daba vergüenza mirarte y no quería que si me ponía roja me vieras, muy infantil lo sé, además, sabía que si te miraba me ibas a besar.
No digo que no quiero que nos besemos, al contrario, lo quiero, pero tengo mucha vergüenza y también miedo. Miedo a lo que pasará después del beso.

Nos vemos la próxima vez que vaya a verte, estate bien.

Pd: adoro tus abrazos, siento que el mundo no es tan malo y que los pedazos se van recolocando dentro de mí.
Pd2: no te vayas después de besarnos, por favor.