Star vs The Forces of the Blind Spot

Capítulo IV

Marco regreso con bocadillos.
Star estaba sentada en el piso con el perro a un lado, el chico la observó y vio algo que no había visto en ella.
Su sonrisa.
De ese tipo de sonrisas que derriten el más frío hielo, de esas que te contagian y te hacen ver que el mundo es un lugar mejor...

Sonreía mientras acariciaba al perro y este le mostraba afecto restregando su hocico en contra de la palma de la rubia.

-¿Vas a pasar o te vas a quedar ahí parado? -dijo cambiando su semblante a uno más serio

-¿Como...?

-Soy ciega, más no sorda, te escuche desde que venías en el pasillo y esa colonia tan simple que usas es reconocible a kilometros

Marco se acercó con una mueca en su rostro, aquel pensamiento se había esfumado con la actitud tan pedante de la rubia.
Tomo la mano de Star para entregarle el bocadillo y el espejo mostró una imagen de un chico con cuernos

-¿¡Pero que demonios!?

Grito Tom desde el otro lado al observar la escena, Marco retiro su mano y se quedó anonadado.

-¿¡quien demonios te piensas para tomar la mano de mi chica!? -un aura demoníaca lo rodeaba y sus ojos llameantes hicieron a Marco retroceder sólo un poco, pero no duró mucho, pues recobro su postura ante la reacción de Star.

-No soy tuya ni de nadie, espejo colgar llamada

-No, no , nena espera...-y la imagen de Tom desapareció.

-Bien , eso no me lo espera...

-Ignoralo, es sólo Tom - dijo dándole un mordisco al emparedado y cortando un pedazo para el perro.

-Esto es sabroso -dijo nuevamente con una sonrisa infantil mientras daba otra mordida a su sandwich, jamás había probado tal mezcla de sabores , estos explotaban en su paladar y la hacían sentir en la gloria. Hasta el punto de olvidar la presencia de aquel chico en su habitación.

Nuevamente el espejo comenzó a tintinear, mientras una voz algo robotizada decía: Llamada entrante de Pony Head

-Largo -dijo Star en tono de orden, tragando fuerte el último mordisco de su emparedado. Marcó suspiro, cerrando levemente los ojos y asintió, mientras acatabá la orden dada.

No pensaba ponerse a su nivel y perder el trabajo que tanto necesitaba .

Salió de la habitación, pero no sé alejo.
Se quedó en silencio en el pasillo mientras escuchaba la voz de Star.

-Esto es horrible -dijo la princesa sentada en el piso -No necesito que nadie cuide de mi, estoy bien... Yo
... -la voz se le cortó y una voz chillona al otro lado de el espejo le contestaba , pero para mala suerte de Marco no lograba escuchar.
-Es... Es como si pensaran que soy idiota, el  sólo es un estorbo, yo puedo sola, el me hace ver frágil y no lo soy yo...
Nuevamente silencio

Cuando ya no escucho más ruido, y un  ouch rompió la armonía de el silencio, entró en la habitación.

-¿Algo más que necesite princesa? -dijo con su mejor tono neutral.

-Necesito que me dejes en paz...

Y con esto Star se levantó de su asiento para acurrucarse en la cama, dándole la espalda y esperar a que se fuera.

Marco le dio privacidad, saliendo de sus aposentos, pues hasta el necesitaba un respiro.

Mientras vagaba por los pasillos, lo único que escuchaba cada vez que alguien mencionaba el nombre de Star eran agravios encontrar de su persona, todos la tachaban de malcriada, pedante, petulante y mandona.

El, en lo más profundo de su ser, sabía que no era así... Aquella chica estaba sola y en un mundo que no conocía, no imaginaba la desesperación que sentía al no poder valerse de si misma para hacer cosas tan sencillas como ir al baño sin tropezar, elegir su ropa o el simple hecho de no saber cómo lucia todo a su alrededor.

En su ociosidad, Marcó ayudaba a una mucama a doblar la ropa de Star, AL terminal este la llevaba en manos para guardarla donde pensaba era su guardarropa, cuando entro en la habitación, Star estaba sentada frente a un gran ventanal , el se cerco a una puerta e inmediatamente la cerro, Star al escuchar el recibido tan familiar de su armario de secretos, pego un brinco y literalmente corrió a situarse frente a la puerta.

-¡Abre la maldita puerta! ¿¡Que no escuchaste?! ¡Que abras la maldita puerta Díaz! -Tenia miedo, claro Star Butterfly tenía miedo de lo que el chico terrestre podía encontrar en su armario, aquel lugar donde estaban sus secretos más íntimos y aquel diario de voz que guardaba con recelo de todo el mundo.

Marco, se mordía el labio para no soltar una carcajada, pues cuando había abierto la puerta de aquel lugar se había encontrado con peluches, un tentáculo y una planta extraña que le daban la bienvenida, y ahí se había dado cuenta que aquel lugar no era un guardarropa, había cerrado la puerta tranquilamente y se había situado de el otro lado, detuvo su andar al ver la reacción de la rubia y se había quedado detrás de ella a observar todo su alboroto.

Carraspeo un poco y Star se giró lentamente, con las mejillas ardiendo de el coraje y con los puños encrispados.

-Te doy tres para que te larges de aquí si valoras tu vida...

Marco suspiro negando

-Star...

-¡Princesa Star para ti!

-Lo que digas, yo solo quiero que veas un amigo en mi...

-¡Yo no quiero un amigo! -dijo estallando en cólera, la cual se convirtió en un aura verde que lanzó a Marco fuera de la habitación, para sorpresa de él, quedó ileso.

Star comenzó a llorar en silencio, esto era bochornoso y tan vergonzoso que no sabía que más hacer.
Se tenía que deshacer de el.

Y así había sobrevivido a sus primeras 4 horas.

Marco 1, Star 0.