ProblemasMiraba con detenimiento los azulejos de mi nueva cocina mientras me tomaba el café. Había pasada mi primera noche en el nuevo apartamento gracias a que mi hermano mayor había echo la gran hazaña de venir a por mí con su apretada agenda de multimillonario. Vivir con mi abuela ya no era una opción, desde que cumplí los dieciocho había querido marcharme de casa de mis padres porque cada rincón me recordaba a ellos, pero había aguantando porque sería un mazazo para mi abuela que nos marcháramos los dos a la misma vez, así que dejé que mi hermano volara del nido y se llevará su media herencia. Por cierto que era una herencia descomunal, no sabíamos de donde nuestros padres habían sacado tanto dinero pero ahora ya no podíamos preguntárselo. Recogí los papeles de la universidad y el bolso que estaba encima de la mesa.
Abrí la puerta del coche y me metí dentro a toda prisa porque la lluvia estaba deshaciendo el pelo tan perfecto que me había costado dos horas de hacer. Mi pelo rubio era de los costosos, a parte de que era bastante largo y grueso. Arranqué el coche y me puse en marcha. La universidad estaba a unos cinco kilómetros y para relajarme y no entrar nerviosa el primer día enchufe la radio y puse la primera canción que me gustó a todo volumen. El tiempo se pasó volando y al llegar al la universidad la lluvia ya había amainado, solo eran gotitas pequeñas y una humedad que amenazaban mi pelo en convertirme en toda una leona.
Caminé hasta la puerta y miré a la gente que se encontraba en ella mientras fumaban. Pasé entre ellas esquivando a todos y me acerqué al mostrador. La mujer que había dentro me miró con atención y chasqueo la lengua antes de hablar.
—¿Eres Anastasia? — asentí con la cabeza y fruncí el ceño — Estos son tus horarios, tu primera clase empieza en media hora. Puedes dar una vuelta por el campus si lo deseas. Tus libros estarán a media semana. Gracias.
La miré y entre abrí la boca, recogí los papeles y dije un leve gracias que no se si escuchó. Caminé por dentro y eché un vistazo a todos los pasillos y visualizando dónde está mi próxima clase. Mientras daba la vuelta encontré una de las puertas traseras que daba a una gran explanada verde con bancos y mesas que supongo que serían para comer, estudiar o pasar el tiempo. Miré el reloj de mi iPhone, aun me quedaban quince minutos. Caminé lentamente apreciando la belleza del sitio cuando alguien tiró de mi de forma brusca y me tapo la boca. Me arrastró hasta un sitio oscuro y yo intenté zafarme sin éxito.
—Estate quieta o te mato — un voz estridente y aguda hizo que vibrará mi oreja al hablar tan cerca. Con la poca luz que había pude ver el resplandor de un cuchillo y lo puso en mi cuello — ahora vamos a salir y van a venir unos hombres, y como buena chica cuando pregunten les vas a decir que has estado conmigo toda la mañana y que no te tiemble la voz ¿Entendido?
Asentí con la cabeza sin poder hablar dado que pensaba que si movía un solo músculo me cortaría el cuello. Quitó el cuchillo y me cogió de la mano. Deslicé mi mirada para ver cómo era y me sorprendí al ver un chico un par de años mayor que yo y con una pinta muy mala aunque no podía evitar admitir que era muy guapo. Sus cejas gruesas y negras hacían resaltar su ojos azules y sus labios eran gruesos que combinaban con su mandíbula cuadrada y perfecta. Su polo gris se acoplaba a su pecho y brazos perfectamente. Abrí los ojos de golpe cuando tiró de mi hacia fuera.
Comenzó a caminar y yo lo seguí mientras intentaba no mirarlo. Un par de hombres vestido de negro se acercaban a nosotros a grandes pasos.
—¿Donde estabas esta mañana? — uno de los hombres se dirigió al chico de mi lado sin siquiera mirarme.
—Con mi novia ¿porqué lo dices? — contestó el chico pasando su brazo por mis hombros.
El hombre me miró de arriba abajo y entrecerró los ojos.
—¿Has estado con él?— dijo mientras movía la cabeza señalándolo.
Tragué saliva con fuerza y asentí con una sonrisa.
—Toda la mañana— dije y no se como lo había echo pero no me había temblado la voz.
— Bien ya hablaremos — el hombre se giró hacia el otro y entonces se marcharon.
Volvía a mirar al chico que estaba a mi lado porque no entendía nada y no sabia si salir corriendo o quedarme quieta.
—Lo has echo bien bombón — puso su mano en mi mentón y me levantó la cara hacia él, cuando mis ojos chocaron con los suyos percibí su mirada arrogante y aparte su mano de un manotazo.
—No me toques.
Él sonrió otra vez con arrogancia y volteo moviendo sus pies para irse pero se paró y se volvió hacia a mi.
—Nos veremos pronto, por cierto soy Azael.
Su sonrisa ahora no era arrogante si no que era como un tornado que avecinaba cosas malas... cosas muy malas.
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Azael✔️ (Pausada)
Romance1📕"Bandos Opuestos" Mis expectativas de independización eran muy grandes, viviría en mi nuevo apartamento en los Angeles, conocería a gente encantadora y acabaría los dos años de universidad que me quedaban y mi vida sería tranquila y perfecta pero...