Capítulo 4

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Albert tan pronto como pudo, buscó a una nueva sirvienta. Mientras tanto, Carrie, estaba en el colegio. No le agradaba la idea de tener que obedecer ordenes ni mucho menos tener que aguantar a mocosos. La profesora,Elana, les mandó hacer una historia y como siempre, quién destacaba en las redacciones era Carrie. Tenía una forma distinguida de escribir y la mayoría de las personas que leen lo que escribe les parece extraño que una niña de 9 años escriba esa clase de cosas. Carrie no escribe cuentos de princesas y dragones, escribe literatura erótica. Su padre no sabe de el gusto de la niña pero aún que lo supiera poco le importaría, para ella era una forma de saber sobre ese tema, ya que su madre nunca podría explicarselo. Elana quedaba siempre maravillada sobre las palabras que escribe.Antes de que sonara el timbre, se acercó a ella.

-Carrie escribes muy bien ¿tu padre sabe de eso?-

-Claro que sí proferosa-mintió.

-Y, ¿también sabe que escribes y lees literatura erótica?-preguntó un poco extrañada la profesora.

-No, tampoco creo que le sea de mucha importancia-

-Una última cosa, ¿podrías hacerme una redacción para el próximo día?-preguntó la profesora.

Carrie asintió ilusionada. Albert fue a recogerla al colegio para luego llevarla a comer a un restaurante cercano a su casa. Le incomodaba decirle a su hija, que había encontrado una nueva sirvienta y le había resultado un tanto interesante. No pensaba en tener algo serio con ella pero aún así prefería que Carrie lo supiera. Se sentaron en una mesa del fondo y llamó a la camarera para ordenar.

-Y bien...Carrie, queria comentarte algo-dijo con un poco de miedo.

-Dispara-dijo Carrie releyendo la carta para ordenar.

-Pues, he contrantado una nueva sirvienta y la verdad me parece un poco interesante, esta noche tengo una cena con ella-

-Ah,estupendo-continuó la niña mientras miraba por la ventana.

La camarera les trajo lo que ordenaron y durante todo el almuerzo no pronunciaron palabra. Albert tenía más que claro que Carrie haría lo posible por arruinar su relación. Sofía Wallas, la sirvienta, era un tanto joven para Albert pero como ya saben, el amor no entiende de edades. La joven era rubia, ojos azules, alta y muy elegante demasiado para estar buscando trabajo. La primera impresión que le dio sobre esta chica fue que no buscaba trabajo precisamente.

A la noche, Sofía llegó a casa de Albert. Carrie estaba sentada en el salón escribiendo la redacción que Elana le pidió. Sofía se acercó a ella para saludarla.

-¡Hola pequeña, pero qué guapa eres!-la abrazó fuertemente.

-Oh gracias tu también- habló sarcástica.

Sofía miro extrañada a Albert, no sabía por que esa pequeña se comportaba de esa forma.

"Será una noche muy larga" pensó Carrie mientras esbozaba una sonrisa perversa...

***
Laa fotoo es de Sofíaa😊😊

CarrieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora