Loki

4.

Habían pasado ya horas desde el gran festejo, claro que como era costumbre en los banquetes reales esto duraría unos cuantos días más. Los invitados podían quedarse en las habitaciones arregladas y designadas para ellos, excepto la familia del general Horngg que ahora pasaría a quedarse dentro del pabellón cercano a las habitaciones reales, por meras cuestiones diplomáticas y porque dentro de nada serian todos una sola familia.

Amora estaba que echaba humo, daba vueltas y vueltas por su habitación sin poder calmarse, ella no quería casarse con Thor, y no era porque no le pareciese atractivo el dios del trueno, todo lo contrario el hombre estaba tremendo... Pero lo que la inquietaba era el asunto de que Loki le había mentido, o le había mentido a Thor o se mentía a sí mismo. El caso aquí era que ella no se tragaba la excusa de que ella no le atrajese, y no era porque la mujer tuviera ego, que sí tenía un poco, pero nada más había que verla, ella era fuerte, lista, determinada, y además muy guapa, por no decir que tenía mucho en común con el dios de las travesuras. Entonces ¿por qué ella no le gustaba? No, Amora tenía que saber la verdad acerca de lo que dijese Loki.

La mujer tomó una capa abrigadora para ponérsela encima del fino pijama de lino que llevaba puesto, ésta tenía una capucha por lo que podría pasar desapercibida o al menos no la descubrirían, además de que ya había caído la noche en su plenitud.
Se paseó por los pasillos tratando de averiguar hacia donde quedaban las habitaciones reales hasta que oyó voces, éstas provenían de una de las salas exteriores con terraza. Se acercó un poco para oír lo que decían e identificó en el acto que eran las voces de su padre y de Odín. Con un poco de magia se adaptó a las sombras para que no percibieran su presencia y así poder saber lo que decían.

–Te digo Horngg, que Amora no parece muy satisfechacon el enlace con mi hijo.
–Odín, ya sabemos cómo reaccionan las mujeres, además, se casará con el futuro rey de Asgard, ya está pactado. No te preocupes de nada.

Tan sólo hizo falta que ella oyese las palabras que contenía el pacto "se casará con el futuro rey" para que ya se ideara un plan en su mente, cual siempre trabajaba más rápido de lo normal. Rápido ya se dispuso a seguir su camino, debía de cumplir con la primera parte pues era crucial, de eso dependía su propio futuro.