Una larga noche, un desayuno y un incidente

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Otro día en la Macusa, ha pasado casi un mes desde el incidente con Crabbe, no he vuelto a ver a Graves, Crabbe nisiquiera me dirije la palabra, es Tina quien me entrena ahora.
Hoy acompaño a Tina a una misión, sonará interesante pero en realidad se trató de andar siguiendo todo el día a un hombre sospechoso de prácticas artes oscuras. Volvimos a Macusa ya tarde, ambas estamos cansadas, la mayoría de los trabajadores ya se habían ido, solo quedaba dar el reporte de nuestra misión para al fín ir casa, lo único que deseo es llegar a mi cama y dormir. Subimos hasta nuestro piso e hicimos el reporte, una vez terminado el trabajo, Tina me encargó llevarlo a la oficina del señor Graves, seguramente ya se fué asi que solo debo dejarlo en su escritorio. Entro sin tocar, suponiendo que él no está, pero me llevo una sorpresa al verlo ahí, trabajando.

- ¿Sus padres no le enseñaron a tocar antes de entrar?-pregunta con cansancio.

- Lo siento señor, creí que no había nadie. Solo vengo a entregar el reporte de la misión de hoy-respondo, el extiende la mano esperando el reporte y se lo entrego, doy media vuelta pero el me llama.

- Usted tiene experiencia como secretaria ¿o me equivoco?-dice mientras se acomoda en su silla, sobandose el cuello notoriamente cansado.

- Así es, trabajé como secretaria para una empresa en Monterrey-respondo automáticamente.

- Tengo mucho papeleo que hacer ¿le molestaría ayudarme?-. Trato de negarme, lo único que quiero es llegar a dormir pero luce tan cansado y exasperado que no me puedo negar.

Comenzamos a trabajar y entre los dos avanzamos rápido, conforme va pasando el tiempo el cansancio me va ganando y ambos estamos a base de café para continuar con el trabajo.

- Mondragón, ¡Mondragón!-escucho y me despierto asustada, me quedé dormida.

- Lo siento-susurro antes de continuar con el trabajo, pero Graves niega.

- Vaya a casa Mondragón, luce cansada-dice con mirada enternecida, se que debería aprovechar esta oportunidad para irme pero no lo hago.

- Estoy bien-respondo y sigo con el papeleo. El tiempo va pasando y ambos estamos cada vez más cansados.

Ya debe estar amaneciendo pues comienzo a escuchar ruido afuera. Un suave ronquido me hace levantar la mirada y veo a Graves recargado en su silla con la cabeza hacia atras, tiene los ojos cerrados, su rostro luce pacifico, tranquilo, muy diferente a cuando está despierto.

Decido dejarlo dormir un momento y sigo con el papeleo, sin embargo unos minutos después lo veo despertarse sobresaltado y mirar su reloj antes de volver al trabajo.

Son alrededor de las nueve cuando terminamos, guardamos todo en los archivos correspondientes y finalmente nos sentamos a descansar, la cabeza me duele mucho, siento que me fuera a estallar, siento el cuerpo entumido y me cuesta trabajo mantener los ojos abiertos.

- Gracias ___________ por su ayuda-dice Graves, creo que es la primera vez que lo escucho decirme algo amable.- Vamos, la invito a desayunar-se levanta sin esperar respuesta y toma su saco y abrigo antes de caminar hacia la puerta, sin más, lo sigo.

El restaurant al que me lleva es tan lujoso que no podría pagar por un platillo ni con todo mi sueldo, sin embargo Graves me dice que no me preocupe y pida lo que quiera. Al final me decido por algo sencillo (en realidad busqué lo más barato en el menú).

- ¿Por qué decidió ser auror señorita Mondragón?-pregunta Graves una vez que el camarero se retira.

- Bueno, siempre supe lo que quería, aunque en México no tenia las oportunidades para hacerlo.-respondo.

Mi Jefe (Percival Graves y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora