Capítulo 2

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- ¡¡¿Q-?!! ¡¿Eun-umk?! - Así sonaban los intentos de Sowon unnie por hacer preguntas acerca de la situación, pero ni yo le podría responder. ¿Por qué? Porque ni siquiera yo misma sé lo que está sucediendo, mi cuerpo y mis impulsos fueron quienes actuaron sobre mí. Solo sé que quiero seguir sintiendo la suavidad de sus labios, quiero más y más de esta sensación, no me importa lo que pase luego, yo solo sé que quiero estar más unida a ella.

Por acción de mi agarre y sus intentos de apartarse terminamos cayendo completamente sobre el suelo y de paso nuestros labios se separaron. La miré directamente a los ojos mientras tomaba su rostro con mis manos. Por unos segundos, solo se escuchaba el sonido de la lluvia, ninguna de las dos decía nada, solamente nos mirábamos, hasta que decidí romper aquel ambiente antes de que la chica sobre mi lo hiciera. - Unnie... - Dije suavemente. - Por favor déjame estar así contigo... solo... solo... No te alejes de mí en este instante. -

- Eun... - Cerré mis ojos y volví a besarla más apasionadamente. - ¿Sabes... lo que estamos haciendo? - Dijo al momento en que tuvo la oportunidad.

- No lo sé... Solo sé que quiero estar contigo... - Sowon unnie tenía una mirada un poco preocupada.

- Podemos estar juntas todo el día, pero sabes que esta es una manera demasiado extraña de hacerlo, además estas enferma, deberías descansar. - Se separó de mí sentándose en el suelo y acomodando su cabello.

- No. Yo no quiero estar junto a ti solo de esa forma... Yo quiero estar unida a ti de otra... de otra manera. - Hablé escondiendo mi vergüenza pero no podía esconder mi sonrojo, mientras me ponía en pie en frente de mi unnie y quitaba lentamente mi suéter dejando expuesto mi pecho recubierto por un sostén negro. No era como si no me estuviera muriendo de la vergüenza pero eran mis instintos quienes me guiaban en este momento.

Los ojos de Sowon unnie se abrieron de par en par y sus mejillas parecían tomates por lo rojas que estaban. Ella se levantó rápidamente e intentó cubrir mi cuerpo semidesnudo. - ¿Qué pretendes Eunha? Estas enferma ¿Es que quieres empeorar? - Su voz sonaba un poco enojada.

Detuve sus actos tomando una de sus manos y colocándola sobre mi pecho. Me ericé un poco por aquel contacto. - Unnie... Mi preciada Sowon unnie... Parece que mi corazón late así de rápido por ti o ¿quizás sea por la fiebre? - Me reí un poco al decir lo último. - No sé qué me pasa, pero no me niegues el estar unida a ti... ¿Es que acaso no sientes nada por mí? - Lo dije en tono de broma.

Nuevamente se creó otro ambiente silencioso en donde solamente nuestros ojos se conectaban. - Lo siento Sowon unnie, pero no puedo evitarlo. Creo que... - Me sentí mucho más avergonzada.

- ¿Te gusto? - Ella descubrió lo que pasaba por mi mente.

Yo asentí, mientras observaba su mirada perdida. - Prometo que yo me haré la única responsable de todo lo que suceda aquí y ahora. - Acorté la distancia entre nosotras, me puse en puntillas y volví a besarla. En un principio ella no correspondía a mi beso pero poco a poco me daba cuenta de que sus labios se movían al compás de los míos. Finalmente comenzaba a sentir una extraña alegría que brotaba desde mis adentros. Ahora podía decir con seguridad que me había enamorado de esta mujer sin darme cuenta.

Nuestras respiraciones se agitaban más y más. Mis manos rodeaban su cuello mientras las suyas se movían de arriba abajo por mi espalda y caderas, provocándome escalofríos cada vez que las movía.

Terminamos separándonos por un momento. - Deberías cubrirte, estas algo afiebrada y hace un poco de frio, podrías empeorar. - Habló ella con preocupación

Yo no dije nada, solo la tomé de la mano guiándola a mi habitación. Me senté sobre la cama de Yuju, ya que esta estaba en la parte inferior de uno de los dos camarotes. Sowon unnie me miraba con cara de interrogación pero yo solo le indique que se sentara a mi lado.

Escondiendo lo que sientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora