Ya habían pasado aproximadamente dos semanas desde que estaba practicando baile. Nicolás se sentía feliz ¡Ya no tenía que ocupar aquel palo de escoba! Dentro de estas semanas había aprendido a guiar a una pareja de palo, ahora su trabajo era aprenderse los pasos de distintos bailes con una pareja invisible... la cual la mayoría del tiempo era reemplazada por Jaime.Tan solo faltaba una hora para que pudiera ir a practicar nuevamente. De una u otra forma, a pesar de tener un profesor como las weas, se encontraba ansioso por ir, no podía esperar el momento de que fueran las nueve y media de la noche para ir a bailar. Nicolás aún no podía comprender como era que le encantaba (ahora) ir a aquellas clases con el gruñón, simplemente no le encontraba el sentido. Desde que empezó a ir a clases de baile su rutina había cambiado drásticamente y a pesar de que esto no debería de afectar su trabajo, lo hacía.
Al día siguiente de su primera clase el cuerpo le dolía como los mil demonios, tanto así que cuando se despertó era de mañana (las diez para ser exactos) y no el medio día faltando para las una de la tarde como lo era cuando usualmente se despertaba, recordaba que ese día obligadamente se levantó temprano para ir a trabajar. Los días siguientes fueron casi iguales, solo que su cuerpo cada vez le hacia abrir los ojos más temprano, haciéndole que ahora ya no tuviera atrasos en su trabajo y su eficiencia fuera más alta. De cierta forma las clases lo hacían feliz y eficiente.
Ya casi había terminado todo el papeleo cuando su celular comenzó a vibrar con aquel característico tono que le tenía a su "persona especial".
—Aló —Contestó.
—Hola amor, ¿cómo te va? — Obtuvo como respuesta la cálida voz de Claudia desde la otra línea.
—Agotador —Confesó—, pero dentro de todo bien... no me quejo —Admitió, después de todo parecía que recién comenzaba a trabajar de verdad.
—Me alegro... ¿te falta mucho para que acabe tu jornada?
—Solo media hora, luego me voy a las clases.
—Ahh...
—¿Y tú cómo estás?
—Bien... aquí pasándola.
—Ah, qué bueno.
Un silencio se formó a través de las líneas.
—Bueno llamaba para saber cómo estabas... Nos hablamos luego ¡Maneja con cuidado! Besos, ¡te amo!
—Yo igual —Respondió el moreno dando por finalizada la corta conversación que había tenido con su novia.
La llamada no había durado ni cuatro minutos y eso le inquietaba. Nicolás solía ser una persona que emanaba alegría y tendía a hablar minutos y horas con la gente que le llamaba, incluso si era alguien ofreciendo planes de movistar, pero con Claudia hace mucho que eso no pasaba.
— • —
Desde aquella conversación en el celular con su prometida su día había parecido tornarse gris, los movimientos que realizaba se le hacían tan monótonos. Su mente le estaba jugando una mala pasada, recordó la boda y que si los días junto a su novia serían tan poco comunicativos como lo eran ahora. ¿Se estaba comenzando a arrepentir? En lo profundo de su ser le gustaría decir que no se estaba arrepintiendo, pero su corazón dudaba. Tenía miedo de dejar de ser él mismo. Y que pasaba si...
—No estás escuchando —Sus pensamientos fueron interrumpidos por aquella molesta voz—. No, no estás escuchando. ¡Ni siquiera estás viendo lo que haces!
Al salir de su trance Nicolás vio que ya no se encontraba practicando solo aquellos nuevos pasos que Jaime le había indicado. Por el contrario, estaba siendo guiado por su profesor e intimidantemente observado por el mismo.
—Lo siento —Respondió a secas. Simplemente cuando se sumergía en sus pensamientos le costaba retomar su personalidad habitual.
—¿Pasó algo en tu trabajo? — Preguntó su profesor, sin cambiar su faceta de gruñón en ningún instante.
Sin embargo sus ojos lo miraban con dulzura.
—No —Sinceramente no quería hablar.
Como era de costumbre, a Jaime no le gustó la respuesta de su alumno. Estas dos semanas que había convivido con el moreno había aprendido a leerlo perfectamente, sabía que era un chico alegre y que le gustaba ganar siempre, era por eso que al verlo llegar ese día tan pensativo le extrañó demasiado. Por instinto apegó a su pupilo más a su cuerpo, si quería sacarle información debía de intimidarlo.
Ambos hombres se encontraban uno cerca del otro. Nicolás estaba nervioso, la mirada de su profesor era dulce, pero su agarre le causaba una sensación de que se encontraba arrinconado; por otra parte Jaime estaba preocupado por su pupilo, aunque su orgullo ahora no le permitiera decirlo, la compañía que le brindaba el moreno lo hacían sentirse feliz.
—Eres fácil de guiar, pero difícil de seguir —Habló Jaime dejando confundido a Nicolás. Recordaba el primer día que llegó ahí.
—Yo pensaba que ya había superado eso —Con un poco de enojo respondió Nicolás.
—Me refiero a otra cosa —dijo, soltando el agarre finalmente dejando libre a Nicolás, Jaime continuó—. Me refiero a que dudas de lo que haces, tienes miedo de lo nuevo... de que cambie tu rutina.
—Es mentira —Expresó el moreno con orgullo.
—Tu actitud y tus ojos mienten.
Ahora no solo Nicolás se encontraba confundido, Jaime también lo estaba, esa no era su forma habitual de tratar a la gente, pero aun así sentía que su pupilo no se merecía, al menos en esos momentos, ser tratado de forma brusca.
—Tratemos de hacer algo nuevo hoy —Propuso Jaime, sorprendiendo a Nicolás nuevamente—. Haremos la clase al aire libre.
Jaime con la tranquilidad que le brindaba saber que mañana era sábado, fue a aquella habitación que tenía entrada restringida a cualquier alumno y buscó su chaleco, para seguidamente salir de allí y encontrarse con Nicolás revisando su teléfono.
—¿Pero qué estás haciendo? —Cuestionó el moreno.
— Ya te dije, la clase de hoy será al aire libre —Jaime, para que de una vez su alumno despabilara, comenzó a corretearlo. En forma de que empezó a "cerrar el local", apagando las luces, desconectando equipos de música, etc. Y como lo esperó, Nicolás no dudó en tomar sus pertenencias y salir junto con su profesor.
La noche era fresca, no obstante para mantener el calor ambas personas se habían puesto sus abrigos. Jaime una vez terminó de cerrar la puerta principal del local comenzó a empujar amistosamente a Nicolás en una dirección en específico.
—¿¡Dónde me llevas!? — Cuestionó Nicolás, sin embargo en ningún momento se oponía ante el más alto.
—Solo te digo que confíes en mí y no dudes de lo que haces —Y con esas palabras Nicolás se dejó guiar por aquella persona que en el fondo de su ser consideraba un amigo.
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Solo debo decir que lamento la demora, no explicaré los motivos por los cuales me atrase mucho en actualizar, solo diré que este cap va con todo el esfuerzo de muchos meses de planes. Espero que les guste y díganme ¿Que quisieran para el extra 3?
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‡ The Last Dance ‡
FanfictionDos personas con gustos totalmente diferentes, un profesor y un "alumno" . Nicolás y Jaime no comparten gustos musicales y menos estatus social, pero a pesar de todo el amor se empeña en juntar polos opuestos como los imanes. Muchas cosas pasa...