Yo...¿¡Besé a una rana?!

843 161 25
                                    

Taemin se lanzó y giró sobre su cama esa noche, incapaz de dormir. La estúpida cara de esa rana seguía atascada dentro de su cabeza. Justo cuando se sentía mejor y caía en sueño, sintió unos fríos, y mojados, labios contra los suyos. Suspiró, mientras su corazón temblaba, regresando el beso, causando que los labios pasaran de ser húmedos a algo...¿viscosos? ¿POR QUÉ CARAJOS ESTOY PENSANDO EN ESA RANA?

Taemin despertó de su sueño y miró la oscura habitación. Acababa de imaginarlo, ¿era un sueño, cierto? No había nadie ahí ¿o sí? Se recostó de nuevo, dejando que la oscuridad le consumiera una vez más. De nuevo sintió aquellos labios sobre los suyos, ahora los labios eran suaves, húmedos y tibios, invitándolo a besar de regreso. Sólo se pudo poner mejor cuando Taemin decidió regresar el beso, mientras sentía olas de electricidad recorrer todo su cuerpo.

Taemin sintió un par de fuertes y cálidas manos cernirse alrededor de su espalda, suaves mechones de cabello le hacían cosquillas en las mejillas. Además sintió el peso de otro cuerpo, encima del suyo, un cuerpo musculas, aun así suave al tacto. Instintivamente enredó sus brazos en aquel torso, la piel ardía ante el tacto. Este era un sueño del que nunca quería despertar.

Taemin gimió durante el beso, mientras movía su boca contra la contraria. No fue hasta que el otro gimió, que Taemin se dio cuenta que esto no era un sueño. Sus ojos se abrieron con fuerza. Violentamente empujó sus manos contra aquel pecho, pateando y retorciéndose para salir de debajo del cuerpo del contrario. Las manos sólo le tomaron con más fuerza, el pecho se cernió más sobre él para mantenerle quieto, y los gritos eran callados con un beso intenso. Taemin siguió peleando tan fuerte como pudo, hasta que las lágrimas surcaron sus mejillas, y perdió fuerzas para seguir peleando. De repente aquella boca ya no estaba sobre la suya, y una gentil mano alcanzó su mejilla con una suave caricia para remover las lágrimas. Entonces, cuando las lágrimas se negaban a irse, Taemin sintió aquellos dulces, tibios labios besar su mejilla repetidamente, bebiendo las lágrimas.

Ahí fue cuando lo escuchó, el más hermoso sonido en todo el mundo. Su nombre siendo pronunciado por alguien más, con una voz baja, enviando vibraciones por todo su cuerpo, calmándole.

-Taemin...Por favor, por favor deja de llorar.- Sintió las manos apresarle con más fervor. Taemin miró a un lado, alcanzando la lámpara en su mesa de noche. La luz producida era tibia, entre rojo y amarillo, iluminando la habitación. Miró abajo, entonces, encontrando una cabeza llena de suaves mechones cabellos castaños, que se agitaban con cada movimiento. Vio un cuerpo muscular sobre el suyo, llevando puesto sólo un par de boxers verdes, y ese par de fuertes brazos que le sostenía tan cerca al desconocido.

-Emm...Acaso yo...

-Soy yo, Taemin.

-¿Quién...- Taemin fue silenciado por un suave golpeteo en su pecho.

-Soy yo. Soy...Minho.- El tiempo se detuvo. Taemin trató de incorporarse sólo para ser sostenido por el desconocido que decía ser Minho.

-¿Qué quieres decir con que tú eres Minho? ¿Quién rayos eres tú?- Entonces el hombre subió la mirada, enganchando sus ojos con los de Taemin. Esos enormes, profundos, rogantes ojos castaños que le miraban directamente. Taemin tuvo que sostener el aliento, el hombre era simplemente hermoso, no mayor a los 17 años, de una perfecta piel color oliva, labios carnosos, y aquellos ojos.

Taemin logró sentarse, Minho hizo lo mismo, uno enfrente del otro en la cama de Taemin. Taemin seguía mirándole intensamente, escéptico de sus palabras.

-Soy yo...- Minho parecía cansado. –Por favor, Taemin.- Susurró, nunca separando sus ojos de los del chico.

Taemin se acercó lentamente hasta tocar la mejilla de Minho, aun así no fue hasta que miró el fondo de aquellos ojos cuando empezó a creer.

-Tú...Tú eres...

-Yo soy.

-P-pero tú eras una rana...Me refiero a una rabit-rabit-rana.

-Lo sé...- No pudo hacer más que sonreír ante la confusión del chico.

-Solías ser verde y cubierto de viscosidad...

-¡Yah!- Taemin dio un pequeño salto ante el grito de Minho, aun sin poder entender qué estaba pasando.

-¿Qué...Tú...Cómo?

-Taemin.- Atrajo al chico contra su pecho, dejándole escuchar el palpitar de su corazón, creando un rubor en Taemin. – Soy yo, de verdad. Cuando me besaste volví a ser humano. No puedo recordar que pasó exactamente cuando era humano hace tiempo...- Su voz se cortó, tratando de recordar cualquier memoria de aquel tiempo, algunas volviendo, pero sólo como pequeños flashes back.

-Oh por dios...Besé a una rana...- Taemin se sentó, entrando en shock.

Minho suspiró, con una sonrisa en los labios, sosteniendo el rostro de Taemin con sus manos, para poder verle directamente. Lentamente volvió a besarle, ambos pares de ojos se cerraron puesto que el beso era reciproco. Era simple, dulce, el mismo cielo. Minho se separó, para poder ver a Taemin.

-No fue tan malo, ¿o sí?- Le regaló una sonrisa carismática, provocando que Taemin sintiera su corazón saltarse un latido.

-N-no...- Se sonrojó por completo. Minho rio a causa del menor, antes de tomar un gran respiro.

-Te vi el día de hoy en el pantano.- Taemin alzó la cabeza para observar a Minho.

-¿Me...viste?

-Sí. Estaba asustado de que me ignoraras si salía y me acercaba.

-Oh...- Taemin miró hacia abajo. –Lo lamento.

-Yo no.

-¿Qué? ¿Por qué?

-Porque si no me hubieses tratado así, nunca me hubiese enterado de lo mucho que quiero que sólo me mires a mí, de lo mucho que me duele verte lastimado, especialmente cuando soy yo él causa eso. Nunca hubiese descubierto cuanto te quiero.- La respiración de Taemin se volvió irregular, su estómago daba vueltas.

-¿Qué quieres decir con que me quieres?- Minho tomó las manos de Taemin con una, la otra le tomaba por la nuca.

-Taemin, te amo.- Los ojos de Taemin se abrieron con profundidad ante tal confesión.

-¿Me amas?

-Sí, Taemin. Te amo tanto, y desde hace tiempo, de hecho.

-Así que por eso...

-Sí...Es por eso que fui una rana mala...- Taemin no pudo hacer más que reír tontamente mientras se lanzaba a los brazos de Minho.

-También te amo, Minho.- Minho le abrazó como si su vida dependiera de ellos, como si en cualquier momento se volviera a convertir en rana. -¿Minho?

-¿Mm?

-¿Me besas de nuevo?- Sin dudar alguno, Minho tomó a Taemin por la cintura y lo jaló contra su cuerpo, sentándolo entre sus piernas. Acomodó la cabeza de Taemin en el hueco de su cuello, para poder agacharse sobre él, tomándole por la nuca y poder besarle de manera lenta y dulce, vertiendo todos sus sentimientos en ello. Taemin se alzó, sosteniendo también el rostro de Minho, derritiéndose en aquel beso, sin atreverse, ni querer separarse jamás.

FIN.

Taemin, domesticador de ranasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora