Capitulo 26: "Jueves 12" (P\2)

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Narra Celia

Hoy es el cumpleaños de Gary. Cumple dieciocho años, ya es todo un animatrónico adolecente. Aún recuerdo cuando nos juntaron, tuvimos catorce años juntos, pero después del incendio nos apagaron por tres años. Agradezco siempre de que jamás me alejaron de él. No sé qué sería mi vida sin él, es como mi hermano, mi única familia.

Entre a su habitación, el aún seguía durmiendo, mientras que todos estaban trabajando. Yo me lanzo sobre la cama, haciendo que despierte de golpe.

Gary: Celia, me estas aplastando –dijo con poco aire.-.

Celia: Feliz cumpleaños, Rodolfo –me tire a un costado. Él se sentó y se refregó los ojos.-.

Gary: ¿Rodolfo? –me miro confundido.-.

Celia: Si, el reno principal de santa –le sonreía alegre.-.

El me pego con una almohada mientras me llamaba Garfield.

Celia: No soy un Garfield soy un Bombay –me burle.-.

Gary: Ya déjame dormir... es mi cumpleaños.

Celia: Por eso no hay que dormir... ¡¡hay que festejarlo!! –volví a saltar sobre él, haciendo que el gritara porque lo aplastaba.

***

Cuando era nuestra hora libre, decidimos festejar un mini cumpleaños de Gary, prometiendo que haríamos luego una mejor fiesta. Zafiro había hecho una torta de chocolate y con decoraciones verdes, haciendo una perfecta representación a Gary. Soplo las velas y comimos el pastel antes de seguir trabajando.

Mientras yo regresaba al trabajo, Puppy estaba corriendo por todo el comedor, hasta que en un momento una señora sin ver por dónde iba, se tropieza con mi cachorro cayendo al suelo. Yo en ese momento estaba atendiendo una mesa, y todo esto pasaba delante de dos mesas de mí. Yo deseaba pararme y dejar de actuar cuando vi que el marido de la mujer, o es lo que yo creo, empezó a patear a Puppy para sacarlo del restaurante, seguro pensando que se trataba de un pero de la calle.

Los llantos de Puppy hizo llamar la atención de todos los comensales hasta algunos niños habían dejado de jugar en el pelotero para ver qué pasaba. El hombre aún seguía pateando y pisando a mi cachorro, en un momento casi salía de mi papel de robot sin sentimientos para partirle una mesa en la cabeza a ese hombre... hasta que aparece Rocker corriendo protegiendo al perro, diciendo que es del dueño del restaurante. En eso el hombre y esa mujer salen corriendo sin haber pedido nada aun.

Termino de tomar el pedido a la familia con la que estaba y se lo entrego a Santino, el mismo me dijo que Rocker había llevado a Puppy a mi habitación y que veía a su hermano muy preocupado, corrí para verlo.

Cuando veo a Puppy es ahí donde me doy cuenta porque aquellas malditas personas habían salido corriendo, Puppy estaba muy herido, aun lloraba, lagrimas transparentes salían de sus ojos negros. Cuando Rocker les dijo que el perro era del dueño del lugar, sabían que le iban hacer una denuncia, por eso los estúpidos salieron corriendo como cobardes.

Me acerque a mi cachorro, el cual movió su colita cuando le hable. pedía acercase más a mí, y yo me acerque a él. Rocker me dejo a solas con el cachorro, yo le alcanzaba el agua para que tomara. Dijeron que habían llamado a un veterinario, solo faltaba esperar y rezar de que mi pequeño no esté sufriendo tanto. Pero me dolía verlo moverse desesperado mientras se quejaba con soplidos forzosos.

Cuando vino el veterinario, yo tuve que irme de la habitación y hacer de cuenta que soy un robot, Rocker fue quien se quedó con el perro y el veterinario. Se había quedado un largo tiempo, casi una hora. Cuando al fin se fue, yo entre a mi habitación. Puppy ahora se encontraba durmiendo, algo agitado y con dos de sus patitas, las del lado derecho, estaban envueltas en vendas. Rocker lo acariciaba, yo me acerque al cachorro y le hable, volvió a mover la cola pero más lento esta vez.

The Show Must Go On (Otra historia de FNAF)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora