II/III

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Un milagro increíble.
Hoy te sostendré entre mis brazos,
te daré todo mi corazón y alma.
Tú eres mi todo, de por vida.
Incluso mil palabras no se sienten como si fueran suficientes
para decir el por qué si incluso vuelvo a nacer,
tienes que ser tú, de por vida.

Trataré de ser una persona amable
en la que desees apoyarte
cuando estés agotada y cansada.
Una persona parecida a los árboles de navidad

For Life, Exo.



Seguramente se veía patético y estúpido llorando en la parte trasera de su gran casa la cual se encontraba vacía y con solo una luz prendida. Totalmente solitaria si no fuera por su presencia.

Su corazón dolía y sus ojos ardían. Ya eran pasada las doce de la noche, lo cual significaba que era Navidad y no  habían rastros de su hermoso ángel.

Decir que no estuvo emocionado las horas pasadas arreglándose y preparando una deliciosa cena por si es que el menor llegaba y decidían volver amarse sin tener obstáculo alguno, sería una cruel mentira.

La soledad dolía más que nada y el podía asegurárselo a cualquiera que dijera lo contrario.Después de aquel día no sería el mismo. Nunca volvería a ser lo que en un pasado fue.

Los recuerdos de felicidad los quería guardar en un cofre y no abrirlo nunca más. Felicidad solo era tener a Luhan a su lado y por lo visto, aquello era más que imposible.

—¡Maldito viejo de porqueria!

Grito a todo pulmón hacia al cielo y sin poder evitar que lágrimas de enojo rodarán por sus mejillas por su ingenuidad al creer que todo se resolvería con una estúpida carta a un viejo que ni siquiera existía.

Por un instante creyó que sonaría el timbre y Luhan estaría tan resplandeciente como siempre, mostrándole aquella sonrisa diciéndole que nunca le dejaría y que lo amaba.

Tenía deseos por ir al edifico más alto de Seúl y tirarse del último piso pero era demasiado cobarde como para hacer tal cosa.

Cobardía podía ser su segundo nombre e incluso se lo podría tatuar en la frente para que todos supieran que detrás del Oh Sehun que conocían, solo había un pequeño niño.

—Era demasiado pedir... ¿Verdad? —tirado en el pasto y mirando las estrellas, siguió— Seguro tenias cosas más importantes que hacer en lugar de cumplirte un simple deseo a este viejo. —tomó un gran sorbo de la cerveza que tenía en manos— Seguro tienes deseos más importantes que cumplir que concederme un simple minuto junto a la persona que amo...

¿La quinta o la sexta? Realmente no era consiente de cuanto llevaba tomando y no le importaba. Si por el fuera moriría de exceso de alcohol para dejar de ser un estorbo para todos con tal, esa muerte no dolía ¿O si?

—Y-Yo... tengo miedo —sin despegar la vista del cielo, siguió hablando— Tengo miedo de olvidarlo, d-de dejar en el pasado nuestro amor... ¿Es ridículo? Tal vez nuestro destino era terminar así pero... ¡Maldita sea! Lo amo más que a nada el el mundo. Podría morir mil veces solo para poder ver una sonrisa en su rostro. Recibiría mil balazos solo para tenerlo aunque sea un segundo junto a mi... ¿Es mucho pedir? Es porque no soy digno de nada ¿Verdad? —miraba las estrellas esperando a ver una fugaz y pedir un simple deseo— Odio ser Oh Sehun, me odio...

Con las lagrimas cayendo sin pausa alguna, los temblores en su cuerpo haciendo dominio de el mismo y el efecto del alcohol, se puso de pie y a paso tambaleante se dirigió hacia el despacho que tenía.

Dear Santa «hunhan»Where stories live. Discover now