Capítulo 2 - Vincent Van Gogh

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"En la música es acaso donde el alma se acerca más al gran fin por el que lucha cuando se siente inspirada por el sentimiento poético: la creación de la belleza sobrenatural." - Edgar Allan Poe.

En la mañana la alarma me despertó de un sueño intranquilo, del que no recuerdo muchos detalles. El reloj en mi mesita de luz marcaba las 8:00.

Necesité de todas mis fuerzas para poder levantarme y arrastrar mis pies hasta el baño. Después de todo, no había sido tan buena idea quedarse hasta las 4 de la mañana desempacando y ordenando lo que había en las cajas.

Me di una ducha, la primer ducha en mi nuevo departamento, y me maravillé de lo bien que salía el agua.

Me vestí y fui hasta la cocina a ver qué podía preparar para desayunar. Las compras que había hecho mi hermano consistían en leche chocolatada, gomitas y caramelos. Y una cebolla. No se que planeaba cocinar con eso pero esperaba que no me cuente.

Me serví un vaso de chocolatada y descarté las demás cosas. Ya me compraría algo para desayunar por el camino.

Haciendo el mayor silencio posible para no despertar a Lucas, abrí la puerta y me encaminé para mi primer día en el nuevo trabajo.

Había conseguido un puesto como profesora de música en una escuela primaria a sólo tres cuadras de donde estábamos viviendo. No era el trabajo de mis sueños y era una suplencia de sólo unos meses -debido a que la maestra titular estaba embarazada de trillizos o algo así-, pero era un sueldo decente y serviría hasta que encuentre algo mejor.

La Escuela Primaria Vincent Van Gogh tenía un enfoque diferente a las demás. Para ellos era muy importante que los chicos estén muy en contacto con el arte, por lo que tenía una carga horaria de pintura, música, teatro y escultura superior a la de otras escuelas. Razón por la que ya amaba esta institución sin siquiera haber empezado a trabajar.

Cuando llegué me recibió la directora, me explicó algunas cosas sobre el trabajo que debía realizar y me llevó hasta el salón. La clase de hoy era con alumnos de tercer grado.

No voy a decir que fue fácil. De hecho fue mucho más difícil de lo que había pensado, sin embargo, era un buen grupo de chicos, y estoy segura de que con el tiempo vamos a poder hacer grandes progresos.

Los lunes sólo debía trabajar cuatro horas -dos horas con tercero A y dos con el B-, por lo que era la una del mediodía y yo ya estaba volviendo a mi casa. Esto me dejaba mucho tiempo libre para recorrer mi nueva ciudad y terminar de desempacar las cosas.

Al llegar al departamento me encontré con Anna y mi hermano conversando en la cocina. Bueno, Anna estaba hablando, mi hermano se encontraba muy ocupado llevándose comida a la boca.

Así que Anna sí había traído galletas.

Bueno, oficialmente había hecho una amiga.

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