The One That Got Away (FAKELAND)

Capítulo 2.

Ya habían pasado dos semanas desde el inicio de clases; dos semanas en las que pasé mis horas libres en la biblioteca fingiendo estar ocupada con mis tareas para evitar socializar con mis compañeros de clase. Parecían ser personas agradables y divertidas, pero era obvio que todos se conocían de años y eso los hacía muy unidos. Eran como una familia en la que no encajaría con facilidad.

  —  ¡Feliz día de la amistad! — Dijo con entusiasmo una voz chillona y de inmediato rompió mi concentración. 

 Levanté la mirada para encontrarme con una chica alta, delgada, con una larga cabellera rubia y ondulada— Gracias— Fue lo único que salió de mi y luego de unos segundos en silencio.

La chica sacó un chocolate de su bolso y me lo ofreció al tiempo que me dedicaba una gran sonrisa —Chocolates gratis para mis nuevos amigos —

Tomé el chocolate únicamente para no parecer grosera, pero aquella chica me desconcertaba. No me parecía normal tanta alegría. 

— ¿Te molesta si me siento contigo?— Antes de que pudiera responder, la chica se encontraba sentada frente a mi — Te he visto en mi clase de biología, Penny—

— Perrie— corregí, pero ella no pareció prestar atención.

— Me resultas agradable a pesar de que casi no hablas, tal vez algún día podamos ir de compras, estudiar juntas o ir a comer— Dijo con energía, era como si hubiera bebido demasiada cafeína. 

Me limité a asentir con la cabeza, pues me resultaba difícil de procesar todo lo que decía de lo rápido que hablaba. 

— ¿Qué mejor día para hacer amigos que el 14 de febrero? Es una fecha genial— Dijo antes de levantarse de su asiento— Ha sido una plática interesante pero debo irme a repartir más chocolates y buenos deseos, te veré en clase  — 

— Claro, nos vemos en clase— No estoy segura de si alcanzó a escuchar o no, pues ya iba un poco lejos de la mesa cuando me animé a responder.

La chica era rara en verdad. A pesar de que sólo salían cumplidos de ella y parecía querer hacer feliz a todas las personas, no era el tipo de persona con quien imaginaba mantener una amistad. Si algo me quedaba claro era que escuchar una vez más su voz me causaría migraña.

Me mantuve unos minutos en silencio, pues en verdad me había confundido la situación en que me encontraba. La única chica en toda la preparatoria que parecía notar mi presencia era un completo fastidio (desde mi punto de vista). Juntarme con ella no era precio que estaba dispuesta a pagar con tal de detener mi soledad, no pensaba relacionarme con ella aunque eso pareciera ser el mejor camino para hacer nuevas amistades.

Al notar que faltaban diez minutos para mi siguiente clase me apresuré a guardar todos mis libros en la mochila y miré disimuladamente a mi alrededor. Quería asegurarme de que aquella chica no me viera salir de la biblioteca, pues no tenía interés en conversar con ella en camino al salón o sentarme a su lado. 

La rubia seguía repartiendo chocolates como si no notara la hora y eso me facilitó el escapar. 

Busqué un lugar en el salón de clases que estuviera rodeado de gente para evitar que la rubia se sentara a mi lado. Por primera vez en la vida me animé a buscar entre los asientos más alejados de la pizarra pero al sentarme ahí.

Me senté a lado de quienes parecían ser los chicos populares y pesados, pero hasta eso se veía mejor que una extraña gritando con entusiasmo todo el día. De cualquier forma, intenté no hacer contacto visual con ellos. 

  — ¡Fuera de mi lugar, Malik! — Gritó un chico de estatura baja, con ojos azules y hermosa sonrisa. A pesar de la orden que había dado, él no parecía ser tan malo como el resto. Incluso parecía ser un chico gracioso.

Me animé a ver de reojo la escena, pues al parecer el chico se estaba peleando con el tal Malik por el lugar. Ambos se empujaban en forma de juego y así duraron un buen rato hasta que llegó el profesor.

  — Tomlinson, a tu lugar— Exclamó el hombre algo molesto — Cada año es lo mismo contigo— 

Tomlinson le sacó la lengua a su compañero y por fin se retiró a buscar otro lugar, dejándome conocer a Malik. 

Para mi sorpresa, se trataba del chico que llevaba dando vueltas en mi cabeza las últimas semanas ¿Cómo es que no noté antes la presencia de Zayn en mi salón de clases? 

Desconocía si mi sonrisa de idiota era a causada por Zayn o por Tomlinson, pues me recordaba a un niño pequeño.