Capítulo 1.

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Había sido un día cansado en la escuela, lo único que quería era llegar a casa para dormir un rato, faltaba sólo una cuadra para llegar a mi casa, por lo que comencé a buscar las llaves en mis bolsillos y nada, se encontraban vacíos. Encontrándome sólo a unos pasos de la puerta me vi obligada a detenerme, comencé a buscar en mi mochila sacando libro por libro, revisé cada bolsa dentro de ella y cada vez me encontraba más desesperada y sólo me detuve al escuchar una voz cercana a mi.

—¿Pasa algo?— Era la voz de un chico, una voz diferente que apenas se escuchaba.

Mis padres llegaban del trabajo hasta tarde y no esperaba visitas, por lo tanto me pareció extraño que alguien se acercara así a mi, los vecinos no eran muy agradables y el hecho de ser nueva en el vecindario me asustaba, no conocía el lugar ni su gente, podía tratarse de un malechor —¿Qué si pasa algo? ¿Es en serio?— por fin las palabras salieron de mi e intente mostrarme lo más segura que pude, aún mirando al interior de mi mochila —¿Crees que si todo estuviera en órden tendría mis libros regados por toda la banqueta?— Al mencionar lo último noté que las cosas que había hechado al suelo para buscar mejor, ya no estaban y rápidamente me giré hacia él, viendo por fin que se trataba de un chico alto, de piel morena, con unos ojos realmente hermosos bajo unas cejas tupidas y unas largas pestañas, vestía con unos jeans negros y una camisa de cuadros, en sus brazos sostenía mis libretas. Se veía serio, algo misterioso pero agradable por lo cual quise disculparme, pero él me interrumpió

—Soy Zayn— Sonrió de medio lado y comenzó a caminar hacia el parque que se encontraba frente a mi casa, cuando menos lo pensé yo estaba caminando a su lado.

—Perrie, mucho gusto— Agregué luego de unos segundos, intentando parecer relajada y que no fuera tan obvio que él había llamado mi atención.

—Entonces, ¿Eres nueva aquí?— Se escuchaba relajado, parecía ser una persona que tomaba confianza con facilidad. Luego de hacerme la pregunta caminó hacia una de las bancas y se sentó, aún sosteniendo mis libros.

Asentí con la cabeza y me apresuré a extender mis brazos hacia él para que me diera mis cosas —Así es— Murmuré al tiempo que tomaba nuevamente mis pertenencias y comenzaba a dejarlas dentro de mi mochila.

—¿Qué edad tienes?— Antes de que pudiera responderle, agregó otra pregunta —¿De dónde eres?— Preguntó con toda tranquilidad, mirando hacia el suelo.

Me parecía bastante rara su actitud y hasta cierto punto era molesto que hiciera tantas preguntas, por mi mente pasó el no responderle, decír que no quería hablar del tema e irme de aquél lugar pero mis padres aún no llegaban, no tenía a donde ir y después de todo, no podía ser grosera con mi nuevo vecino —18 años, vengo de South Sheilds ¿Y tú?—   

Soltó una pequeña risa al escuchar mi pregunta y negó con la cabeza —No me gustaría hablar del tema, recién te conozco y sería raro contarte mi vida—   Dijo en tono de burla, comenzaba a notarse que era una especie de "chico malo".

—¿Es en serio? ¿A caso lees mi mente?— No pude evitar el reír, pues aquél chico había dicho lo que yo quería decír y no me atrevía.

—19, Bradford— Se levantó de su lugar y se acercó a mi, dejó un beso en mi mejilla y murmuró —Te veo luego— Me miró por unos segundos, para luego darse la vuelta y caminar lejos de mi.

Aquél chico era bastante misterioso, escondía algo y yo quería conocerlo pero era bastante tímida como para preguntar.

Pasaron las horas y no hubo momento en el que no pensara en él, sólo quería volver a verlo pero lo encontraba imposible, pues ni siquiera había preguntado donde vivía, lograba ponerme tan nerviosa que temía que eso significara lo que pensaba, que me hubiese enamorado del chico misterioso de Bradford.

The One That Got Away (FAKELAND)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora