VII

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Habían pasado días y todo ya estaba en su lugar pero algo paso... Nuevamente se acciono paso que un día entrando a la escuela lo vi sentado en una de las bardas y era como si un sentimiento guardado en un cajón con llave, se abriera por arte de magia y sin darme cuenta el se acercó y me hablo... Es como si de una forma indescriptible me hubiera emocionado como la primera vez que me enamoré no me quedo más remedio que contestarle el saludo a Alberto. Admito que me volvía loca el no hablarle y en ese momento me quedé en shock ya que no sabía cómo actuar o esconder que ya lo había superado, algo que ni yo me creía pero estaba pasando lo único que me quedaba era aprovechar la ocasión y sin en cambio a los que si les tenía envidia era a mis amigos y a sus novios y novias. Me fascinaba ver como con sus relaciones todo iba bien y me alegraba por ellos, en cambio yo no podía resolver mi propio amor no correspondido con Alberto.

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