Cap 1:

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-Eso- suspire y me recosté a su lado- estuvo muy bien- mire a Sam que sonreía satisfecho y me cubrí con las sabanas.

-Como siempre bonita- coloco un mechón de cabello detrás de mi oreja- Te echare de menos..

-Y yo a ti- bese sus labios, Sam no era mi novio, pero teníamos una relación de mejores amigos en la cama y eso hizo que seamos muy buenos amigos durante un casi un año y medio.

Yo era la típico chica rebelde a la que le encantaba el sexo, las fiestas, el alcohol... El descontrol. No, no era una p*uta sin códigos y no no me acostaba con cualquier tipo, bueno solo a veces.

Me senté en la cama y agarre mi ropa que estaba a un lado de la cama tirada en el suelo, de reojo observe a Sam que estaba ampollado en su codo mirándome.

-¿Por que eres tan malditamente hermosa Meg?- exclamo y vi como mordía su labio inferior mientras pasaba al baño para cambiarme. Cuando salí él ya se había puesto sus boxers.

-Sera mejor que me vaya, no quiero quedarme dormida y perder el vuelo.

-¿Ahora te importa llegar temprano cuando nunca te ah importado?- lo fulminé con la mirada y agarre mi chaqueta, afuera el cielo parecía desmoronarse- Okey, okey..- Se acerco a mi para darme un dulce pero apasionado beso. Bajamos las escaleras hasta llegar a la entrada de su casa- ¿Quieres que te lleve?- pregunto mientras abría la puerta y pasaban dos chicas empapadas que se quedaron mirando babosas a Sam.

-Idiotas!!- les grite, ellas solo me miraron confundidas- Solo quiero que sepas que te voy a extrañar- volví mi mirada a Sam y lo abrace.

-Yo a ti pequeña, si necesitas algo no dudes en llamarme- me guiño un ojo.

-Ok, Adiós..- camine hacía mi moto colocándome la capucha, me subí, ensendi el motor echando el último vistaso a mi amigo y arranque.

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-Hija... ¿Estas segura de que no te has olvidado nada?- me pregunto mi madre dándole los pasajes a la as afata.

-Si..- Rodé los ojos sin mucha importancia y pasamos al avión donde a mi me tocaba en un asiento separado de los de mis padres, agradecí eso. Una chica pelirroja con risos bien definidos se paro a un lado. Parecía una muñeca de porcelana su tez blanca, sus pecas, sus labios levemente rosados y sus ojos verdes acompañados por unas pestañas a la que toda chica le gustaría tener. Era muy bonita.

-Hola- me sonrió amable luego de haber dejado su mochila en un compartimiento sobre los asientos- Me llamo Tracy Benett.

-Hola, Meg Powell- mire a través de la ventanilla, el clima ese día estaba frio como casi todos en Londres.

-¿Eres de aquí?- me pregunto.

-Si.. ¿Tú?

-No, vine de vacaciones- me observo detenidamente- Eres muy linda pareces una modelo... Especialmente las que defilan en ropa interior- Reí por su comentario.

-Tú me pareciste una muñeca de porcelana- rio.

-¿Te vas a vivir a California?

-Um, sí, locura de mis padres- puse los ojos en blanco- creen que necesito un cambio de aires, nuevos amigos. Etc.

-Ya.. Eso es feo. Me paso algo parecido, pero luego volvimos- tendió su brazo y vio la hora de su reloj.

Charlamos muchas cosas. Eramos muy parecidas en eso de que nos encantaba el sexo, las fiestas, el alcohol. Me caía bien, raro en mi.

Hasta que luego de dos horas de viaje llegamos y tuvimos que despedirnos. Buscamos las balijas y fuimos a buscar un taxi, el que pronto nos llevo a la nueva casa.

Amor pasajeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora