Candies & Flowers || Freddoy ||

Tres.

La pelea del pelirrojo y la rubia se vio interrumpida por un niño rubio que entró al salón con una expresión seria. Sólo los miró y se sentó en la primer silla que vio disponible. 

—Oye... —La pequeña rubia ignoró al pelirrojo y se acercó al rubio — ¿Qué tienes? ¿Estás triste?

El pelirrojo frunció el ceño al ver que la pequeña ya no le hacía caso. 

— Estoy bien, no te preocupes. —Sonrío el rubio — ¿Cómo te llamas? 

— Chica, ¿y tú? 

— Golden —Ahora la rubia era la que sonreía mostrando sus dientes. Golden rió al ver que a la pequeña le faltaba un diente y Chica bajó la mirada con timidez. 

Freddy se acercó a ambos niños con la intención de hacer amigos.

— ¡Hola! —Ambas miradas se posaron sobre él.

— Hola, ¿tu quién eres? — La rubia volvió a sonreír. Que rápido cambiaba de humor. 

— Me llamo Freddy. —El castaño sonrió con timidez.

— Hola Freddy, yo soy Chica y él es Golden —señaló al rubio—, él pelirrojo es Fox —señaló al pequeño que parecía que echaba humo mientras los veía. —, y él pelimorado es Bonnie —señaló al niño que se encontraba del otro lado del salón viéndolos con curiosidad. 

— Oigan, ¿alguien conoce a Joy? Es una niña rubia con los ojos azules. —Freddy miró al techo pensando en otra característica de ella.

— ¿Por qué no preguntas por Usagi? Seguro la encuentras más rápido. —La molesta voz de Fred se hizo presente y esta vez decidió ignorarlo. 

— Ah, creo que la he visto antes —Fox se acercó a ellos —, está en el salón de mi... Mi amiga Meg.

— ¿Y podemos ir a verlas? —La mirada de Freddy se iluminó.

— No, no pueden, las clases ya van a iniciar. —El niño de antes, Towntrap, entró al salón seguido de un niño peligris y un albino que parecía enojado. En cuanto ellos entraron y se sentaron, los demás los imitaron. 

Las clases pasaban lentas pero no eran aburridas. La verdad es que para el pequeño castaño si eran un tanto difíciles algunas cosas porque Fred le hablaba a cada rato y él por mucho que quisiese ignorarlo parecía que no lo lograba del todo. En el transcurso de las clases logró saber el nombre de los otros dos niños, Eak y Puppet, quien en realidad era una niña y estaba enojada porque su hermana había quedado en una clase distinta a la suya.

La campana sonó dando por terminadas las primeras clases. Y en cuanto el maestro abandonó el salón, Freddy se paró dispuesto a ir a buscar a Joy, pero en el proceso...

— Oye... —Bonnie lo detuvo. — ¿Puedo ir contigo? Es que me parece que un niño que conocí esta mañana esta en esa clase...

— Claro, vayamos. —Freddy tomó su almuerzo al igual que Bonnie y caminaron sin rumbo alguno, a decir verdad. No sabían exactamente hacía donde ir así que entraron a la primer puerta que vieron y...

Ahí estaba ella, su querida amiga Joy platicando con una albina y un peliceleste.