Viaje a aquella tarde

208 21 4
                                    

Estaban los tres en el jardín. Eran cuidados por Thomas, el mayor de todos; él era protector y algunas veces despiadado, les daba unas palizas difíciles de olvidar a sus hermanos menores.

Esa tarde de otoño era cálida; el cielo comenzaba a tornarse anaranjado, y el viento soplaba ligeramente. Hace un par de horas atrás, todos los hermanos Maddox habían recogido las hojas que los árboles desecharon.

Un par de minutos más tarde, ya terminada la tarea doméstica, llegó un primo de los chicos con su madre.

Shepley era el más tranquilo de todos en ese momento; estaba apartado del grupo, jugaba con un dinosaurio. Su madre había llevado a Taylor y a Trenton por algo que el pequeño ya no recordaba.

Travis estaba jugando al balón con Tyler. Corrían de un lado a otro. Tanto el pequeño Trav como el gemelo, querían anotar en el arco contrario. Querían demostrar que eran mejor que el otro.

En un descuido, el menor de los Maddox le dio un empujón a su hermano.

El adorable Shep ya sabía que venía.

Tyler se giró con grandeza, y con la arrogancia ya lo caracterizaba, empujó a su hermano mientras le gritaba:

— ¡Eh, eso es falta! ¿Acaso no sabes jugar, idiota?

Travis le miraba desafiante. Su cara de ángel, a la vista adorable, contrastaba con su mirada y voz desafiante.

No le dijo nada, sólo observó; acostumbraba a hacer eso, a desafiar únicamente con una mirada o un gesto.

Tyler volvió a empujarlo. Como respuesta recibió un golpe en las costillas. Se tiraron al césped y siguieron peleando.

Shepley ya estaba acostumbrado a eso. Sabía que ellos resolvían sus problemas justo como su madre decía que no se hacía: a golpes.

Aunque él sabía que ellos no habían tenido una mami que les enseñara eso. A lo mejor un papá, pero Jim no estaba centrado en la crianza de sus hijos.

El par de hermanos seguía golpeándose cuando entro Thomas. De un solo grito hizo que se separaran. Los chicos se levantaron con astucia.

Travis y Tyler se ordenaron en fila. El menor no tenía ni una gota de arrepentimiento, y mucho menos sumisión en sus ojos. En cambio el otro chico tenía la cabeza gacha, sin embargo, aun así transmitía esa arrogancia; que mirara al suelo no quería decir que no se mantuviera tenso.

— ¿Qué carajo hicieron?

— Estábamos peleando. Tyler comenzó— el pequeño se encogió de hombros.

Thomas suspiró pesadamente y se pasó las manos por el pelo. Moría por gritar ya que desparramaron las hojas que hace poco habían reunido, pero no eran más que dos niños pequeños que no sobrepasaban los diez años. Tenía que tratar de comprenderlos

Contando hasta diez les dijo que se fueran y que jugaran son Shepley. Ellos corrieron alegres de no haber ganado un regaño y se sentaron al lado de su primo.

El mayor de los hermanos Maddox se fue a la sala y siguió en lo que estaba: cogió a su padre por la cintura y poco a poco subieron las escaleras.

Jim apestaba a licor barato. Se había pasado todo el día en una cantina que estaba cerca de casa.

Con gran esfuerzo, Thomas consiguió llegar al dormitorio que su padre compartió con su mamá hasta hace un par de años.

« Quizá hasta hace una eternidad para papá» pensó el chico.

Recostó delicadamente a su padre. Mientras lo hacía miraba una foto de su madre que descansaba en la mesita de noche.

Desde que ella partió, todo era más complicado.

Miró su foto por unos minutos. Él trataba de hacer todo lo posible para que ella estuviera orgullosa desde dónde que se hallara.

Se acercó perezosamente a la ventana con la fotografía ahora en las manos. Se apoyó en el marco y miró a sus hermanos. Taylor y Trenton habían llegado, y corrían con los otros por el patio.

« Quizá, sólo quizá, estoy haciendo un buen trabajo»

Tarde de Otoño [The Maddox Brothers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora