Capítulo dos

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Ya ha pasado un mes desde el inicio de clases, hasta el momento las cosas van muy bien, me he hecho amigo de compañeros nuevos y de un par de compañeras también. He estado concentrado, tratando de mejorar mis técnicas con la guitarra clásica y mi agilidad con el manejo del teclado, he tenido éxito, pero siempre se puede mejorar, como dice el maestro Ferreira: "solamente un mediocre cree que ha alcanzado la perfección".

-5 de marzo-
~hora de almuerzo~
Me quedé arriba practicando con mi guitarra, no tengo mucha hambre, además, decidí trabajar en el solo de una canción que había escuchado esta mañana en la radio, era pegajosa y un poco desafiante.
No había nadie más arriba, todos fueron a comer o a terminar trabajos pendientes a la biblioteca. Estaba sólo con mi guitarra, o por lo menos eso pensaba. Habían pasado quince minutos de los treinta que nos dan para almorzar, me encontraba en lo mejor del solo de guitarra cuando de pronto una voz que provenía en dirección a la puerta del salón dijo:
— "No cabe duda que eres el mejor con la guitarra."
Me sorprendí porque creía estar solo, la persona que dijo eso fue Danielle, una de las alumnas nuevas de mi grado, era excelente con los números y además tenía un excelente gusto musical, había platicado una vez con ella sobre eso. Reconoció mi cara de susto y continuó diciendo:
— Un gracias estaría bien, pero supongo que no te gusta que te interrumpan.
Me di cuenta de que estaba actuando como un completo baboso y respondí:
— No, no, es solo que no esperaba que nadie viniera aún. Claro que te agradezco.
Danielle rió y respondió:
—Entiendo, entiendo. Los músicos son reservados, no quiero molestarte. Mejor me voy para que sigas practicando.
Me sentí muy descortés, como si la hubiese corrido. Así que antes de que saliera del salón le dije:
—Puedes quedarte si quieres.
Ella se detuvo y me miró fijamente, se quedó pensativa, luego dijo:
— Los músicos son reservados.
Y salió del salón sin darme tiempo de decir algo más.

Después del almuerzo solo quedan tres clases más, Danielle y yo nos sentábamos bastante separados, así que no volvimos a hablar. Aunque no la conozco muy bien, creo que se sentía incómoda, aunque para mí no había sido para tanto, no dije nada malo, ¿o sí?
Ya en mi casa, no sé por qué razón no podía dejar de pensar en que hubiera pasado si hubiera dicho otra cosa, si le hubiera contestado diferente a Danielle. Seguía pensando en su frase: "Los músicos son reservados", tenía razón, pero no quería que me pensaran reservado todo el tiempo, podía ser divertido una vez que me conocías.
Llegué a la conclusión de que lograría quitarle esa idea sobre mí a Danielle, ella me conocería y vería que no soy tan reservado, que también puedo divertir y ser buena onda.
Luego de un rato, deje de pensar y me dormí.

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⏰ Última actualización: Dec 22, 2016 ⏰

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