Capitulo 3

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No sé qué hacer, corro como loco hacia ella.
—melanie no me dejes-le digo-
Noto que las lágrimas comienzan a salir de mis ojos, estoy en shock, parezco loco, la abrazo, le acarició la cara, intentó tapar sus heridas para que deje de perder sangre, la miro fijamente a los ojos, entre sollozos intenta decir algo.
—Te amo...
—Te amo melanie, no sabes cuánto te he extrañado, por favor no me dejes solo de nuevo, aguanta, por mi.
¡Ayuda! gritó con una desesperación, para que alguien la ayude , pero eso no pasa. Noto que deja de respirar y sus ojos están clavados fijos al cielo. Esta muerta.
No quiero soltarla quiero que me hable, que me vea y decirle que la perdono y que la amo. Noto una mano en mi hombro, es un señor de unos 40 años
—corre-me grita-
No quiero dejarla, pero mis íntimos me piden que lo haga. Corro lo más rápido que puedo, el sonido de la segunda explosión me hace que pierda el equilibrio y caía suelo, me levanto y sigo corriendo, solo escucho los gritos de los heridos pidiendo ayuda.
Por fin llego a mi casa que no está a más de un kilómetro del trabajo.
—Estas bien—pregunta mi madre-
—si-respondo-
Enciendo el televisor y pongo el canal de las noticias, esta una transmisión especial, el tipo del noticiero se nota muy nervioso como si lo estuvieran obligando a hablar.
Esta es una transmisión especial, debido a los actos terroristas que han sucedido en los últimos minutos-explica con voz temblorosa- uno de los líderes nos tiene un mensaje especial:
Queridos ciudadanos, todo está bien, no les pasará nada. Tienen que permanecer en sus viviendas si no quieren ser ejecutados, cualquier ciudadano que se encuentre fuera de su hogar, será ejecutado sin importar edad, sexo o estado físico-se corta la transmisión solo queda estática-
No puedo dejar de llorar, recordar sus ojos, saber que me decía la verdad, odio ser lento para los duelos, no puedo superarlo. Mi madre logra calmarme, no sabe el motivo de mis lagrimas, pero lo ha logrado. Estamos en mi habitación, mi madre, mi padre, mi hermano pequeño y mi hermana, odio ser el mayor, no tengo un hermano mayor que pueda decirme que todo está bien. Nadie dice absolutamente nada, todos estamos pensando que pasara.
La explosión hace que vuele unos centímetros, estoy afónico la vista se me nubla y no escucho bien, me levanto, veo que la casa empieza a arder, siento el calor que me quema la piel, veo a mi familia tirada, ensangrentada e inconveniente.
No se que hacer corro hacia al balcón en busca de ayuda, afuera es un caos, la gente sale corriendo de sus casas que también arden , con la piel achicharrada . ¡Ayuda! Grito con la voz más alta y ponente que puede salir de mi garganta. La siguiente explosión hace que el balcón se derrumbe, caigo al suelo, quiero quedarme ahí y morir, pero recordar que mi familia sigue adentro hace que me ponga de pie, noto que la casa está completamente en llamas, estoy apunto que correr hacia adentro sin importar quemarme y morir cuando una mano me toma del hombro
—no la hagas.
—suéltame- le digo-
Me rodea con sus brazos y me cancha en su hombro, lo golpeó, muerdo e intentó huir de él, pero estoy muy herido y no lo logro. Me lleva a una casa que ha dejado de arder
—Déjame ir, los tengo que salvar.
—los rescatistas harán su trabajo, no pues hacer nada.
—déjame ir-corro hacia él y lo golpeó-El intenta detener mis golpes y me da un puñetazo con todas sus fuerzas en la cara y me deja inconsciente.

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