Luces navideñas en cada centímetro cuadrado del tejado, enormes inflables de algún muñeco alusivo a las festividades, y cada árbol y arbusto en el jardín resplandeciente por los miles de luces de aquellas series que no sólo prenden sino también suenan con algún villancico. Adentro, un enorme pino decorado con miles de esferas, copos de nieve, duendecillos y demás adornos, sin contar las luces de colores parpadeantes que de mirarlas fijamente por algún tiempo podrían causarte ceguera temporal o algún otro mal en la visión... joder ¿cómo mierda había terminado en aquel lugar?
Yesung
Si veía otro puto muñeco de duende estaba muy seguro de que vomitaría.
¿Cómo se había dejado convencer por su novio de acompañarlo a aquel lugar?
Su maldita mirada de cachorro perdido.
A veces odiaba no poder negarle nada a Yesung cuando ponía aquella mirada o cuando sonreía o cuando le susurraba al oído con aquella voz que le enloquecía o cuando le pedía cosas mientras estaba caliente y lo único que quería era follarselo.
Maldito aprovechado.
Pero al infierno que lo había disfrutado, este no era momento de recriminarse por ser débil ante los encantos del pelinegro, él se había metido en esto y ahora lo único que le quedaba era aguantar las malditas melodías navideñas y al insoportable primo de Yesung, joder un segundo más junto a Heechul y juraba que iba a ahorcarlo.
Él, Cho Kyuhyun, era un abogado reconocido en Seúl por ser uno de los buenos, ¡a la mierda la modestia! su nombre era conocido, reconocido y temido por algunos en todo el maldito país, el bufete para el que trabajaba, y además era socio, era de los más prestigiosos. Él era un hombre serio, respetado, con solvencia económico basta y ¿por qué no? jodidamente atractivo, cualquiera pagaría por pasar aunque sea una noche en su cama pero obviamente y con todas esas cualidades era un hombre con dueño, hacía dos años y unos pocos meses más que Yesung se había metido en la vida y el corazón de Kyuhyun, desde entonces terminaron los coqueteos en bares y relaciones de una noche, desde que aquel pelinegro puso sus ojos en él, el resto del mundo desapareció y nada importo más que asegurar que aquel hombre le pertenecería sólo a él. Y así fue.
Bueno pero saltémonos la trillada historia romántica en la que ambos cayeron enamorados, tuvieron sus dificultades pero al final "al amor triunfo" y todas esas cursilerías que a nadie le importan pues total Yesung y él vivían juntos desde hace año y medio en un bello y lujoso apartamento en Seúl.
Quería volver a su departamento.
El punto aquí y principal problema era que estaba atrapado con la familia de Yesung en una provincia lejana a la civilización, bueno en realidad estaban en Cheonan pero a Kyuhyun le gusta exagerar todo y sacar a colación que él era un hombre de ciudad, acostumbrado a los rascacielos, las multitudes bulliciosas y bla, bla, bla.
El año anterior se había librado de acompañar a Yesung a su casa con el pretexto de que su abuela había muerto y debía estar con los Cho, la mujer en verdad había muerto pero el funeral fue rápidamente pues los Cho eran personas ocupadas y no podían darse el lujo de estar de luto y bien podía después de enterrar a su abuela haber alcanzado a Yesung, cosa que evidentemente no ocurrió, pero este año se había visto arrastrado hasta aquel lugar de Satán sin ningún pretexto para negarse y poder quedarse a su tan amada rutina de dormir, videojuegos y comer comida chatarra, la verdad sí había pensado en algunas maneras de librarse de aquello pero Yesung era un hombre testarudo y cabezota, con tanta determinación y un genio del carajo que Kyuhyun no tuvo de otra más que aceptar ir a conocer a la flamante familia Kim.
Con un carajo.
Habían llegado hace dos días, y aunque aún les quedaban varios días más, él estaba muy seguro de que pronto mandaría todo a la mierda y tomaría el primer vuelo a casa (o a cualquier otra parte en el mundo). Sí, lo repito ¡Kyuhyun era un exagerado! Pero vamos tengámosle un poco de compasión al pobre, desde que habían llegado, Yesung se la había pasado siendo abrazado por cada persona que llegaba a felicitar a los Kim, parloteando con todo mundo y yendo de un lado para otro con Donghae y el resto de sus amigos.
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Navidad con la familia de mi novio.
FanfictionLuces navideñas en cada centímetro cuadrado del tejado, enormes inflables de algún muñeco alusivo a las festividades, y cada árbol y arbusto en el jardín resplandeciente por los miles de luces de aquellas series que no sólo prenden sino también suen...