TEATRO

2.1K 3 2
                                    

TEATRO

Entre los aplausos del público la detonación casi no se escuchó. Fue reemplazada por los gritos de las mujeres que habían presenciado el fatal hecho. El asesino se lanzó al escenario y pronunciando «Semper sic tyrannis» desapareció entre el gentío asustado. Un país terminaba la guerra. Y el presidente Lee yacía sangrando en el palco con el grito manchado de su esposa de un espeso rojo. Última sangre vertida en la contienda. 

MICROTENTACIONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora