-Verso Uno-

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"El arcoíris después de la lluvia y flores floreciendo, colorean desbordantes".

Sasuke

La vida casi nunca le sonreía, y esta vez no era la excepción. Parecía que su clan estaba bajo una terrible maldición que no dejaba ni a un solo miembro fuera. Aquello era el precio de poseer uno de los dojutsus más poderosos que existían, el Sharingan.

-¿Estarás bien? ¿Te acompaño?

La pelirroja preguntó por décima vez en el día.

-No.- respondió - He de afrontar mis problemas yo solo.

Tenía un orgullo antes de todo. Aquel orgullo lo había metido en un montón de serias situaciones problemáticas, entendía que aquello muchas veces significó un problema.
Pero era Uchiha Sasuke.

-Sasuke-kun... - Murmuró la chica.

Juugo parecía querer decir algo. Aquel siempre calmado chico corpulento tenía muchas cosas que deseaba decirle, sin embargo prefería permanecer callado la mayor parte del tiempo.

-Cuídate mucho- fue lo único que pudo decir finalmente.

Sasuke tenía demasiados sentimientos encontrados y demasiados remordimientos que lo comían vivo.

Demasiadas emociones oscuras.

Mirando por unos pocos segundos el rostro de Karin, encontró una preocupación genuina hacia él.

Entendía que aquellos tres individuos frente a él, quienes lo acompañaron en sus momentos más macabros, solo se preocupaban por él. Lo querían a pesar de todo, y siempre permanecieron a su lado.

Y el también les había tomado cariño para su mala suerte. Mucho más que eso. Les debía demasiado.

-Gracias, taka.-

Lo dijo con toda la sinceridad posible.

-Hey, Sasuke...- Lo llamó aquel individuo de ojos violetas y pelo blanquecino -Búscanos cuando necesites ayuda para romperle el culo a alguien.

El moreno sonrió ladinamente, controlando el ligero temblor que sentía en las piernas y cerrando suavemente los ojos.

-Lo haré, Suigetsu.

Sin decir más, dio media vuelta y echó a andar. Cuando se aseguró de estar fuera del alcance sensorial y visual de cualquiera, lejos de cualquier rastro humano, se permitió llorar en silencio, dejándose caer de rodillas y cerrando los ojos. Quería descansar de sus culpas, aunque sea un momento.

...

Estaba temblando. Había mucho frío, lo que se le hacía raro dado que estaba bastante cálido cuando se quedó dormido.

Llevó una mano a su cabeza al sentir el leve impacto de agua en su cabeza, dándose cuenta de que su pelo estaba mojado. ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿En qué momento comenzó a llover sin él percatarse si quiera? Ni si quiera se había dado cuenta que había comenzado a llover.

Hikaru Nara - SasuHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora