Gracias a tí.

Cápitulo 2.

-Vente conmigo por favor, no me dejes.

Le repito a Christian desde que entra por la puerta. Ha venido a tener nuestra última tarde juntos. Hemos decidido ver nuestra película favorita mientras recordamos momentos. Después nos iremos a la fiesta.

- Christian no puedo más. Llevamos 2 años juntos y ¿Todo para qué? Para nada porque, cuando venga otra vez, tú ya te abras olvidado de mí –Le digo mientras me siento en su regazo y apoyo la cabeza en su hombro. Se me caen las lágrimas a chorros.

-Shh... pequeña yo siempre te voy a esperar. –Me contesta y me besa la cabeza.

-Eso dices ahora dentro de 1 mes, te echaras una novia. Y yo en la otra punta del país, sola.

-No digas eso Lu, sabes que no es verdad. Gírate y cierra los ojos. –Me dice

-¿Qué pasa? –Pregunto. Siento algo frio en el cuello. Abro los ojos y me toco el cuello. Me ha puesto un colgante con un corazón y la letra C en el medio.

-Es precioso cariño, te quiero, te quiero, te quiero. –Le agradezco mientras me tiro a abrazarle. Yo no le he comprado nada. Pienso en el último momento en darle mi pulsera con mi nombre y así hago. Se la pongo y desde ese momento me tiro toda la tarde llorando.

Terminamos de ver "El viaje más largo", nuestra película favorita y nos queda 1 hora para que Katie venga a por nosotros. Christian se ha traído la ropa, le pedí que se quedara a dormir. Es nuestra última noche juntos.                                                                                       

 Ayer guarde toda la ropa de fiesta así que, no tengo mucho que ponerme. Me pongo un pantalón negro vaquero con mi camisa favorita y mis convers blancas. Me echo un poco de maquillaje y me hago unas ondas en el pelo.

Ya está todo recogido en mi casa, la entrada está llena de cajas. Mi familia se ha ido a despedir de todos los vecinos y a la inmobiliaria para firmar unos papeles. Mi hermano ha desaparecido, no le he visto desde el desayuno. Probablemente este dolido por las palabras de antes, mañana hablare con él.

Suena un ruido del exterior. La canción de "Safari" de J Balvin retumba en mis oídos mientras termino de arreglarme. Christian no para de reírse y yo empiezo a cantarla. A la canción se le añade el sonido de un pito del coche, nos imaginamos quien es. Vamos a la ventana de mi habitación y está Katie con Dave, su novio. Katie abre la puerta. 

-Vente conmigo, solo conmigo! ¿Estáis listos ya? -Grita mientras se baja del coche empezando a bailar.

-¡Sí! Ahora bajamos -Le contesta Christian. Nos ponemos las chaquetas y entrelazamos nuestros dedos mientras bajamos las escaleras. Sigo sin parar de cantar, ahora cantando "Let Me Love You" de Justin Bieber, uno de mis cantantes favoritos. Voy corriendo a la puerta cuando empezamos a cantar el estribillo Katie y yo. Christian y Dave no paran de reírse.

-Chicas no os dediquéis a esto por favor -Nos dice Dave mientras me saluda con dos besos, a Christian le da la mano.

Dave me cae bastante bien, lleva con Katie 1 año. No son como las demás parejas, son diferentes y eso me gusta. Le conocía del vecindario pero no hablaba con el mucho, lo básico, hasta que conoció a Katie. Desde ahí somos los 4 inseparables. Voy a echar de menos estos momentos. 

Nos subimos al coche.

-Voy a echar de menos estos momentos... -Dice Katie. Creo que me lee la mente. -Bueno Lu antes de que lleguemos tenemos que hacer una promesa. Todas las tardes a las 9 Skype los cuatro juntos, no me valen escusas. 

-Por mi perfecto -Repetimos Christian y yo. Me dedica una sonrisa de lo más encantadora.

-Oye yo algunos días saldré tarde de entrenar. -Nos recuerda Dave.

-Pues sales antes, una promesa es una promesa. -Contesta Katie antes de reímos todos. -Ah y otra cosa, antes de entrar abrazo familiar a ver si luego se os va a olvidar.

Katie siempre da todo de ella, es encantadora. La conozco desde los 12 años. Nos conocimos el primer día de clases, éramos nuevas y no era muy sociable, tampoco lo soy ahora pero ella sí. Se sentó a mi lado y me empezó a contar su vida. Pensaba que me estaba vacilando pero no, ella es así. Desde ahí somos inseparables.                                                                                                            

Termina de aparcar. Se la ve triste pero, no quiere que salga mal mi último día ni mi fiesta de despedida. Así que, como siempre pone su mejor sonrisa. Nos lleva a un callejón sin ninguna luz. Doy la mano a Christian y Katie nos guía a una puerta. Llama.

-Que miedo, ¿no te abras equivocado Kat? -Pregunto después de agarrar el brazo a mi novio.

-Yo creo que no. -Me contesta y se abre la puerta. Está todo oscuro. Pasamos.

-¡SORPRESA! -Grita todo el mundo.