El futbol como forma de vida

1.2K 22 1
                                    

Muchos se preguntarán ¿qué de bueno tiene el fútbol? El fútbol no sólo es un deporte, es una forma de vivir apasionadamente, con euforia y con locura; esa locura que te lleva desde alentar a tu equipo hasta el minuto 90; hasta tatuarte el escudo de tu equipo favorito en el corazón porque es ahí, es justamente ahí en donde lo llevas.

¿Cómo olvidar ese primer partido al que te lleva tu padre? Esa nueva sensación de felicidad, ese olor de hamburguesas, esas personas saltando y cantando a todo pulmón, esos señores de tercera edad con sus radios pendientes de los demás partidos pero dándole mayor atención al más importante. Y empieza el espectáculo, antes de comenzar en el cielo puedes ver fuegos artificiales del color de la camiseta que llevas puesta, esa camiseta que defiendes con toda tu alma, la camiseta del equipo proveniente de tu ciudad; poco después entran al campo los protagonistas, los ves calentar y como saludan a sus hinchadas correspondientes. Allá a lo lejos, observas personas diferente a ti, y sí, son ellos los visitantes.

Entonces en un momento, los 22 jugadores están dentro de la cancha en sus respectivas posiciones, unos pidiéndole a nuestro Creador, otros simplemente aplaudiendo y el resto con los nervios apretando los dientes pensando en quedarse con esos valiosos 3 puntos. El que por el resto de la noche seguramente será el hombre con el trabajo menos deseado del mundo, da el silbatazo inicial. Ves cuidadosamente cada jugada pensando que en cualquier momento puede caer el tan esperado gol que te haga saltar de alegría de un impulso. Escuchas los insultos más ingeniosos, ves a las personas más felices, sientes la fría noche que envuelve a cientos de hinchas; todo es maravilloso. Y así, miras con ojos de halcón a tu equipo, y el jugador más desequilibrante de él te cambia tu rostro por completo. Ves la pelota metiendose al ángulo superior derecho del arco, el portero se queda parado boquiabierta y el estadio completo se une en un grito unísono: ¡Gol! Con una pasión indescriptible, la hinchada se vuelve loca mientras que tu papá y tu dan un salto como queriendo alcanzar el cielo, se dan un gran abrazo gritando gol con todo el corazón. Impresionante lo que el fútbol es capaz de hacer, ya no importa la crisis económica ni si tu mujer te esperara enojada en casa ni mucho menos que el que tenes a la par te cae de lo peor, en ese momento son casi hermanos; no hay racismos, no hay conflictos, no hay nada, en ese lugar le van al mismo equipo y eso los une con una fuerza mayor que estereotipos, los une por el amor incontrolable al fútbol.

Termina el famoso "il primo tempo"y en esos aproximadamente 15 minutos de descanso aprovechas para ir al baño o comer más o simplemente te quedas ahí para argumentar acerca de como esta jugando tu equipo con algún compañero que tengas a la par. Vuelven a entrar al campo los protagonistas, da inicio el segundo tiempo; y lo normal, el equipo sigue jugando bien, controlando el partido y sucede, en una contra matadora anota el visita, ves como su hinchada celebra mientras que tu, tu solo te quedas parado. Cualquiera diría que el estadio quedaría completamente silenciado pero no, no es así; la hinchada sigue saltando y alentando por la única razón de que tienen aguante y amor puro por ese club, por esa camiseta. La esperanza nunca la pierdes y en todo lo que resta del partido esperas que vuelva aparecer aquel mago que te regalo la sonrisa y el grito del primer gol o que aparezca uno de los centrales con un cabezazo en un tiro de esquina y anote el menos esperado. Entonces, empiezan a hacer efecto los síntomas del pre-silbatazo final: te muerdes las uñas, insultas con gritos a todo pulmón a aquel árbitro y le gritas como si en verdad te estuviera escuchando, quedas pálido, piensas en levantarte e irte pero se da una jugada más y te quedas sentado, empiezas a bajar a todos los santos y si eras ateo; en ese momento lo dejaste de ser, y llegas a tal extremo que insultas hasta TU PROPIO EQUIPO. Pero nunca pierdes la esperanza, hasta que llega la cura perfecta para el mal del que padeces; aparece el 4to árbitro con el que sin duda alguna será el número que te hará la semana entera, y pensarás que es un número divino, añade 4 valiosos minutos. Se te devuelve el color, y piensas en que hay una última oportunidad. Esos cuatro minutos, son eternos para la visita y son como polvo para el local, parecen micro segundos. Justamente cuando aquel hombre agarra su silbato y se lo acerca a la boca, tu te agarras el pelo con agonía y un muchacho agarra la caprichosa, con valor empieza a dejar plantados a los defensas; y no, no es aquel mago que marco el primer gol, este es más bien como un héroe, el que se pone una capa roja para salvar la noche; ya esta dentro del área y con toda su fe puesta en su pierna derecha tira... Ese momento, en esos segundo pareciera que se detiene el tiempo, el DT deja de dar indicaciones y observa, la banda se calla por ese momento y observa, los ancianos sueltan sus radios y observan; el estadio entero esta observando y sucede lo que dentro de tu corazón siempre supiste que pasaría, GOL. Y este gol es más emocionante que el primero, es el gol del gane, es el gol que te permite quedarte con esos valiosos tres puntos. Te das cuenta que la magia si existe y que tu la presenciaste, que maravilloso.

Vaya, que primer partido. Eso cambia tu opinión acerca de tu futura profesión; ya no quieres ser bombero, quieres ser futbolista; a tus apenas 6 años ya tienes pensado tu sueño. Aunque el primero sea importante para la sociedad y ayude a salvar muchas vidas; el segundo te enseña que la magia si existe y que es cuestión de segundos el poder realizarla.

Con el tiempo, vas creciendo y en compañía de tu padre asistes a cientos de partidos de tu eterno amor. Ahora no sólo es el equipo de tu país, no, ahora conoces más equipos y hay uno que te atrae más que otro y así vas conociendo más ligas de fútbol alrededor del mundo y al final tienes definidos quienes son tus equipos favoritos. A tus 9 años, vas a tu primera final, nada más emocionante que una final; pues si lo hay, que la final sea un clásico entre los dos grandes del país. Terminas siendo campeón y regresas a casa en la caravana con miles de aficionados, estando en tu ciudad lo vas a celebrar donde esta el equipo, esa sensación es algo indescriptible, ese amor por ese club es imparable.

Me ha tocado ver a grandes, desde fenómenos brasileños como Ronaldo, hasta jugadores fuera de serie como Messi; desde arquitectos italianos como Pirlo, hasta maestros del medio campo como Xabi Alonso; desde soldados como Ryan Giggs, hasta comandantes como CR7; desde fieles a sus clubes como lo son Totti, Zanetti, Lampard y Gerrard, hasta los que prefieren cambiar de equipo considerados traidores como Figo, Gotze y Lewansowski; he visto artistas del balón como Del Piero, hasta otros con no mucha calidad pero con muchos huevos como Puyol; desde eternos inolvidables como Raúl, hasta estrellas recientes como Pogba; desde un Buffon que defendía su portería en Alemania 2006, hasta un genio Iniesta que hace el gol del gane para España en el 2010.

He visto de todo en mi tan corta edad, un Bernabéu rindiendose a los pies de Ronaldinho; un Raúl callando el Camp Nou; una leyenda escocés retirandose del Old Trafford con un gran palmarés; aquel Liverpool dando vuelta a un 3-0 en final de Champions; a más de alguno se le hace familiar cualquiera de esos momentos, si los recuerdan es porque ustedes amigos míos, ustedes tienen el fútbol como parte de su vida. A veces llegamos a pensar que el fútbol lo es todo, y no estamos en lo cierto; existen muchas otras cosas que nos hacen feliz como un regalo, una frase de motivación, un programa, una camisa, una linda chica, lo que sea. Pero si ese regalo es un balón de fútbol o un par de botines, si esa frase de motivación la dijo un jugador o un técnico, si ese programa es la recopilación de los mejores goles del año, si esa camisa es de tu equipo y si esa linda chica apoya al mismo equipo que tu; pues todo eso cambia el sentido de felicidad y lo aumenta aún más, le da un significado de amor y cariño hacia el fútbol y hacia la vida.

¿Cómo podemos relacionar la vida con el fútbol? Pues fácil. Empecemos a hablar simbólicamente: la vida es un partido en el que existen dos equipos, ya sea la bondad contra la maldad, la felicidad contra la tristeza, el éxito contra el fracaso, el yin contra el yan o simplemente lo bueno contra lo malo y tu eres quien decide en que equipo jugar. A veces te confundirás y terminarás jugando a préstamo por un corto o largo tiempo en el equipo equivocado, pero recuerda que tu eres quien tiene la última palabra para elegir en cual jugar. Tienes un técnico y una serie de personas que te ayudan a mejorar dándote indicaciones, estos son tus padres y tu familia. En este partido no son 90 minutos, es una vida entera de juego sin entretiempo. Aunque algunos se te vayan adelantando pidiendo cambio y saliendo del campo como héroes y leyendas para terminar jugando en el cielo, tu tiempo aún no ha terminado y debes seguí jugando esquivando todos los obstáculos. Siempre están los hinchas del otro equipo que están esperando a que tu falles y te caigas para destrozarte, pero tu vienes y con ayuda de tu hinchada, las personas que te quieren y aprecian como tus amigos; te levantas y a seguir jugando.

En este caso, el balón es como tu profesión, con el debes hacer maravillas y saber como llevarlo a cabo sin perder de vista a los defensas que en la vida serían las preocupaciones por hacerlo mal o el miedo a quedarte estancado. Confía en tu corazón y todo lo que te propongas lo lograras. La cancha es la sociedad; algunas partes de ellas estarán dañadas y debes tener cuidado al pisar ahí, así que trata de pasar sin que te haga caer. Otras estarán bien cuidadas y es donde tu debes intentar correr por ahí con mucha frecuencia. El gol es algún logro o éxito que pudiste realizar, disfrutalo, gozalo y gritalo es tu momento y debes aprovecharlo siempre.

Ven que el fútbol si puede ser una forma de vida. También puedes aprender de él, de como hay jugadores que te enseñan el valor de la fuerza de voluntad de nunca rendirse. De levantarse cada vez que te caigas sin importar que o quien este tratando de detenerte. De la felicidad que debes disfrutar en el presente porque en un futuro querrás que regrese. Y muchas cosas así puedes encontrar en este deporte tan lindo.

Esto solo fue una pequeña muestra de lo importante que es el fútbol para algunos que incluso lo toman como una enseñanza en la vida.

El futbol como forma de vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora