Cap 1
1690
Cuenta la leyenda, que hace muchos años nació un chico al norte de Irlanda, sus padres eran dos pelirrojos, tenían el cabello tan rojo que parecía el atardecer de verano, ellos estaban esperando a alguien en sus vidas, estaban esperando a un niño.
El chico era algo peculiar, cuando nació era blanco como la nieve y con el cabello tan oscuro como la noche. Los padres no se preocuparon por eso, pero al momento que tocaron al chico se percataron que estaba frío, helado y sus ojos no eran comunes, eran tan negros y vacíos como los de un cuervo, pero lo más siniestro era el destello gris que tenía en el centro de los mismos.
Los padres del chico al ver al cosa sólo lo tomaron y lo llevaron al bosque. Se adentraron en lo más profundo del frío, oscuro y solitario bosque, para entonces allí dejarlo a su suerte. Más nunca se supo de aquel chico... Ese chico tan peculiar.
1990
- Hola Rose - me sorprendi al escuchar a mi amiga Luci.
- Oh, hola Luci, me tomaste por sorpresa.
- No te tomaría por sorpresa sí no tuvieras la cabeza metida en ese libro.
- Mi libro es más interesante que lo que pasa a mi alrededor - dije para defenderme.
- Pues no lo creo - Luci encarno una ceja de manera dudosa. - ¿O es que no ves lo guapo que es Mike?
Luci de verdad que gustaba de Mike, el capitán del equipo de fútbol.
- ¿Mike? - dije - Pues sí está guapo. - de verdad lo está - pero te diré algo Luci, el podra estar muy guapo, pero está vacío. - dije de manera firme y sincera.
- Puf. Podrá estar vacío por dentro, pero por fuera está como quiere - dijo Luci y se mordió los labios.
Me reí y menee la cabeza - Tú jamás cambiaras - dije mientras volvía a mi libro.
- Nunca amor - dijo orgullosa.
En ese momento mientras estaba tratando de concentrarme nuevamente un escalofrio recorrió mi espalda.
- Oh no. ¿Porque llovera? - dijo Luci haciendo pucheros.
Al ver el cielo me percate que estaba oscuro y con muchas nubes grises en el. Entonces en ese momento aparco un auto en el estacionamiento de la preparatoria y de el salió un chico. Vestía una franela negra pegada al cuerpo que resaltando sus definidos pero no tan grandes músculos, tenía el cabello oscuro, tan oscuro como la misma noche. Sus vaqueros eran negros al igual que sus botas, lo más sorprendente eran sus brazos, en uno tenía tatuado una especie de ramas de árboles en negro, y en el otro unos cuervos que acendian en espiral desde la muñeca hasta más allá de la manga de la franela donde no dejaba apreciar más.
Que tatuajes tan extraños, pero en su piel tan palida destacaba el color negro de ellos hermosamete.
En ese momento me sorprendi a mi misma observando tanto al chico nuevo y de esa manera. El se veía peligroso, pero algo en el, de algún modo me resultaba, atractivo...
