Cap 3
Todos murmuraban cosas sobre el chico nuevo. Parecía un ejambre de abejas en lugar de un aula. En ese momento el profesor Dan rompió con silencio y el zumbido.
- Ah Diaval, no puedes usar esas gafas para el sol en clases - dijo el profesor.
- ¿Quién lo prohíbe? - dijo el chico en un tono serío y tranquilo.
- Lo prohíbe el reglamento de la institución - replicó el profesor Dan.
- Leí dicho reglamento y no recuerdo que diga en alguna parte algo como eso.
- Pues en el reglamento como tal no está, pero son órdenes extras de la institución.
El profesor Dan es un hueso duro de roer. ¿Pero que le pasa a ese chico que no se quiere quitar los lentes?
De repente el chico de la nada cambio su tono de voz hostil a una dolida.
- Lo siento profesor, es que tengo algo en los ojos que me incómoda y por eso uso los lentes.
- Bueno, te lo dejare pasar por hoy - dijo el profesor firmemente - pero sí los seguiras usando en clases deberás traer una constancia medica explicando el porque debes usarlas.
- Está bien profesor - dijo agachando la cabeza y con voz dulce - eso haré.
- Bien, entonces comencemos la clase - dijo el profesor y se dio la vuelta a la pizarra.
Yo me gire para ver al pobre chico en mi pensamiento asustado y débil, para no se, apoyarlo con su problema o hablar con el ya que es su primer día de clases y está sólo.
Pero para mi sorpresa cuando me gire lo vi quitándose los lentes para limpiarlos, y en su rostro tenía dibujada una sonrisa maligna, como anunciando algún triunfo.
- Oh, oye. ¿Estas bien? - le pregunté.
- ¿Que te hace pensar que puedes hablarme? - me dijo secamente.
- Sólo quería saber sí estabas bien. - le dije suavemente.
- Eso no es asunto tuyo - me dijo en su habitual tono hostil.
Me quedé helada, hace unos minutos era un ordenó asustado y acorralado por su presa. Pero ahora se muestra como un lobo enseñando los dientes y a punto de atacar.
- Lo siento, pensé que te sentías mal por lo que pasó hace un momento. - le dije un poco asustada.
- Ese es tú problema, pensaste. - dijo groseramente. - deja de pensar en mi y ocupate de tu vida.
- No deberias ser tan grosero. Solo trato de ayudarte a conocer a personas. - le dije un tono bajo para no hacer escándalo, aunque estaba molesta.
En ese instante subió la mirada y me vio a loa ojos diciendome:
- No necesito ayuda ni la amistad de nadie. Sólo vuelve a tus cosas y déjame en paz. - lo dijo alto y claro, con una voz tan grave que hasta el profesor escucho.
- ¿Sucede algo? - dijo el profesor.
- No, nada. - dije sin más volviendome hacia mi cuaderno.
- ¿Diaval? - dijo el profesor - ¿Sucede algo?
- No, nada. - dijo como remedandome, hasta copio mi tono de voz asustado.
- Bueno - culminó el profesor y siguió con la clase.
Yo me gire para ver sí lograba verle los ojos de nuevo, pero ya aero había colocado los lentes nuevamente.
- ¿Que? - dijo al verme.
- Nada - musite yo.
¿Que fue lo que vi?, ¿Era real?, ¿Que le pasa a sus ojos?. Son preguntas que pasaron por mi cabeza, pero lo que más curiosidad y miedo me causó fue ese raro destello gris en esos ojos tan vacios y oscuros.
- Este chico es peligroso. - dije para mi - lo mejor será que me aleje lo más que pueda de el. Aunque eso será difícil ya que estará sentado detrás de mi lo que queda de curso...