Hoy no quiero dormir, quiero quedarme escuchando los ruidos de la calle que son tan difusos que quiero salir a ver qué son, ver qué hay allá afuera.
Hoy me siento increíble, o mejor dicho, invencible. Hoy me siento segura e impetuosa.
Quiero tomar mis tenis y salir corriendo, quiero contar las estrellas en el techo de un vagón. Quiero vivir.
Muchas veces me pregunto si las historias que estoy formando ahora serán suficientes para recordar cuando no pueda levantarme de mi silla y mis manos arrugadas no tengan la fuerza que tienen ahora.
Quiero perderme y encontrarme, quiero reír y llorar, sentirme diminuta ante el universo y gigante ante la yo del pasado.
Si pudiera hacer algo sabiendo que saldrá bien, huiría. Tomaría el poco dinero que he ahorrado y me iría de aquí.
No es que odie mi casa, mi familia. No es que odie mi vida. Es sólo que siento que hay algo más, algo que me espera allá afuera.
A veces siento que desperdicio mis días, que esto no llenará mi corazón de la energía que necesite en el futuro.
No quiero morir sabiendo que no lo di todo, que no lo probé, que no lo intenté, que no me atreví.
Quiero contar mis historias e inspirar a las personas a que encuentren las suyas. Pero mi mayor deseo, y el más egoísta, es que quiero recordarlas para mí.
No sé si es normal pensar en esto (lo normal no es bueno en la mayoría de los casos, pero este es una exepción. No sé si hago bien en preocuparme tanto por vivir)
Sintiéndome pequeña en el universo, tu yo del pasado
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Para la Yo del futuro
AléatoireQuerida Yo del futuro, Necesito que sepas qué pienso ahora que soy joven, ahora que no me importa mucho la opinión de las personas, ahora que pienso que me puedo comer al mundo, ahora que pienso más de lo que hablo. Ahora que no sé quién soy.
