Jack pedaleaba calle arriba. Es gay. Él todavía no lo sabe, pero como narrador omnipresente que soy, voy a ponerlo en el primer párrafo por si luego algún lector se ofende y me acusa de agenda.
El caso, que Jack pedaleaba muy rápido. Vivía en una granja a las afueras de un pueblo de Dinamarca. Llevaba todo el día con una sensación extraña, con el presentimiento de que algo terrible había ocurrido en su casa. Cuando llegó, tiró la bicicleta junto a la puerta. Su perro, Joker, no había acudido a recibirle. Encontró una gran manzana, de medio metro de alto junto al garaje.
La puerta de su casa estaba entreabierta. La luz del salón estaba encendida y se oían unos gritos de la televisión. Al padre de Jack le gustaban los programas del corazón. Podía ver un rabito extraño sobresaliendo por encima del respaldo del sofá
—Papá... —murmuró Jack rodeándolo.
No era su padre lo que estaba allí sentado. Era un pimiento, gigante, rojo, brillante. Y sin embargo, Jack sabía que era su padre.
—¡Papa! —gritó, abrazando el pimiento—. Papá, por favor...
La voz de Jack se quebró en un sollozo. Abrazó con fuerza al pimiento, apretándolo contra su pecho.
—¡Mamá! —gritó entonces soltando el pimiento y corriendo hacia la escalera—. ¡Mamá, corre! ¡Papá se ha transformado en pimiento!
Tropezó con un escalón, pero siguió corriendo. Hasta que se dio cuenta que en mitad del pasillo había alguien.
Se trataba de un hombre de ojos de color anacardo, de facciones duras pero suaves. Vestía una túnica larga que le llegaba hasta los tobillos, de mangas anchas y de color azul oscuro, con estrellas amarillas estampadas. Su cabello estaba encrespado y formaba un halo alrededor de su cabeza a modo afro. Sobre su cabeza había un gorrito pequeño y picudo, en forma de cono, con el mismo estampado de su túnica.
—¿Quién es... usted? —preguntó Jack secándose las lágrimas con la manga del jersey. Entonces se percató de que a los pies del señor había un pimiento verde, gigante y brillante. Jack tuvo que apoyarse en la pared al notar que sus piernas temblaban. Sabía que aquel pimiento era su madre.
—¡Mamá! —Corrió hacia el pimiento y le rodeó con sus brazos. El señor del pelo afro se sobresaltó y levantó una mano en dirección a Jack. Una fuerza le empujó hacia atrás y le tiró por las escaleras.
Jack rodó por los escalones. Se golpeó la cabeza, la espalda y los brazos, hasta que aterrizó junto al pimiento rojo. Se incorporó dolorido, cuando vio a alguien al otro lado de la hortaliza gigante.
Era un chico, poco mayor que él. Llevaba su camisa negra muy ajustada al cuerpo, lo que marcaba sus fuertes brazos, sus pectorales y sus abdominales de Doríforo de Policleto. Su pelo castaño enmarcaba sus facciones suaves, pero a la vez duras. Su boca se tornó en una sonrisa torcida cuando miró a Jack con sus profundos ojos azules. Jack notó cómo algo se introducía en su mente, explorando sus deseos y sus secretos más prohibidos.
"Te estaba buscando" sonó en su cabeza. Jack se puso tenso, el pelo de su nuca se erizó y se paralizó. Tenía miedo, sabía que ese chico estaba allí para matarle, pero a la vez sintió algo atrayente, que le unió a él de forma irremediable.
El chico pasó una pierna por encima del pimiento rojo para sortearlo y poder alcanzar a Jack. Él seguía paralizado en el suelo, contemplando absorto cómo el glúteo del chico se relajaba y se tensaba para levantar su pierna. Jack entreabrió los labios y cerró los puños al notar un cosquilleo en el vientre. Arqueó la espalda sin querer.
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Furcios de Idhún (por favor, ayudadme a buscar un título mejor)
Fanfikce¿Qué hubiese pasado si Lunnaris hubiese sido un bello unicornio macho y Yandrak una fiera dragona? ¿Qué hubiese ocurrido si Yandrak hubiese tomado el cuerpo de Victoria y Lunnaris el de Jack? ¿Si el triángulo amoroso tuviese su vértice en Jack, y no...