Prólogo: Volvamos a intentarlo

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Todos estaban en el salón de Taty, tras haber vuelto del torneo Smash. Algunos frustrados, otros enfadados, y mientras tanto, Biqua, el chico boo, se disculpaba de lo sucedido, en la pantalla del televisor. 

- Tras el reinicio, ambos se han... evaporizado- dijo el chico, con tristeza. 

- ¿Y no podemos hacer nada para traerlos de vuelta?- dijo Silvi, hiperventilando un poco. Estaba nerviosa, con miedo de perderlos, o no verlos ya nunca más. No podía estar pasando. 

- Sus píxeles, en teoría, se han eliminado del sistema, ya que su código no pertenecía en un principio al videojuego. No creo que haya una manera de recuperarlos- añadió Biqua, zarandeando la cabeza de izquierda a derecha levemente, y gacha. 

- Pero... Siempre hay alguna salida, una manera de arreglar las cosas- dijo Taty, gritando un poco- Si he de ir allí, y revisar cada píxel para encontrarlos, ¡lo haré!

- ¡Y yo con ella!- dijo Silvi, lagrimando un poco. 

- Veré si hay una manera... Os avisaré si tengo algo- dijo Biqua, mientras se despedía con la mano, y se apagaba el televisor. 

David parecía confuso, y mientras se tambaleaba hacia los lados, se dirigió hacia la puerta de salida. 

- Lo siento mucho, pero... No me encuentro muy bien. Creo que me iré a casa a descansar un poco. 

Taty lo miró extrañada. 

- ¿Te vas con todo este problema? 

Estrella se levantó del suelo, y se fue junto a David. 

- Y no es el único. He tenido suficiente Smash por una temporada, me voy a casa, veo todo multicolor... 

Ambos desaparecieron tras la puerta. 

- Solo quedamos nosotras tres...- dijo Silvi, refiriéndose a Mari, Taty, y ella misma. 

El lugar permanecía en silencio, mientras esperaban noticias de Bentius, y si podían ser, positivas. 

- ¿Será verdad que han desaparecido completamente?- preguntó Mari, mientras se mordía levemente el labio inferior. 

- Eso parece... Y el grupo es cada vez más pequeño- añadió Taty. 

- Solo quiero que esta pesadilla pase, y me digan que están bien- dijo Silvi, intentando no volver a echarse a llorar. 

- Si Sergio estuviera aquí, lo patearía yo misma- dijo Mari, enfurecida- Hemos perdido a Chus y Nica por su culpa. 

- No arreglaría nada hacer eso, Mari- le respondió Silvi. 

- Ya, pero al menos me daría el gusto de patearle el culo a ese idiota. 

De pronto, el televisor se encendió, apareciendo en pantalla dos personas, las cuales eran desconocidas para ellos. Una chica de pelo negro, ondulado, y un hombre pelirrojo, y serio. 

- No sé por dónde empezar, pero... Mi nombre es Keyra- dijo la chica-, y él es Praire, es un placer conoceros. 

El chico saludó con la mano, vagamente. 

- Somos personajes de un videojuego que no llegó a crearse, y fuimos incluidos en Smash, pero solo estábamos limitados a permanecer en una sala. Somos compañeros de nuestro jefe Bentius, y os traemos varias noticias. 

 - Espero que sean buenas- dijo Mari, nerviosa. 

- Una de ellas es que no todo está perdido- dijo el hombre- y tal vez podáis rescatar a vuestros amigos. 

Tras decir esto, las tres dieron un bote de alegría. 

- La mala es que vais a tener que volver al mundo virtual, para hacer un "trabajito". 

- Me gusta cómo suena eso ôwô- dijo Taty, guiñándole un ojo al hombre pelirrojo. 

- Según fuentes fiables, uno de vuestros amigos sigue perdido en el mundo de un videojuego, y el otro duerme en códigos ocultos, escondidos en diversos lugares. 

- ¿Y cómo podremos llegar a ellos?- dijo Silvi. 

- Deberéis entrar en varios videojuegos cada una, y mirar en su núcleo alguna pista que os conduzca a ellos. Todos los videojuegos tienen un núcleo de información, y en él está todo lo que necesitamos saber sobre su paradero. 

- Muy bien, pues vamos para allá en un momento- tras eso, las tres tocaron el lector nfc del Gamepad, y se teletransportaron al mundo virtual, en una sala horizontal, con varios cuadros. 

- Vale, esta es la idea- comenzó la chica- entráis en los videojuegos que representan los cuadros, finalizáis su historia, y buscáis en su núcleo información sobre vuestros amigos. ¿Difícil? 

- Más claro "awa" 

- ¿No sería "agua"?- preguntó Silvi, confusa :3? 

- Se pronuncian igual, es un juego de palabras :3 

- ¿Habrá un cuadro de Zelda, no?- dijo Mari, buscando como una loca por la sala. 

- De momento no tenemos ninguno, tal vez más tarde lo desbloqueáis. Y recordad que los cuadros se irán desbloqueando a medida que vayáis terminando otros. Además, no solo hay juegos de Nintendo, más os vale elegir bien. 

Los cuadros en ese momento eran: Resident Evil, Assassins Creed, y Kingdom Hearts. 

- Uh, yo me pido King... owo- empezó Taty, pero antes de poder acercarse a él, Mari lo tocó primero, quitándoselo así.

- Bueno, pues entonces Assa...- Silvi llegó primero- Leñe, qué mala leche tenéis >:3

- Lo siento Taty, ese me da miedo o-o - dijo Silvi, con los pelos de punta.

- ¿Y te crees que a mí no? :v Los zombis me cagan viva, literalmente :'v 

- Pero si eres una tipa dura :3 

- Y lo soy, pero los zombis me cagan igual TwT

- Era en Resident Evil donde hay tíos y tías buenorros por todos lados- dijo Silvi, arqueando las cejas ôwô 

Taty se quedó pensativa :> ... 

- Espera O.O En ese videojuego están Chris y Leon. Oh, ¡y Jake! ¡Uuuy, ese hombre! Lalalalala *empieza a hacer "las" con la lengua, mientras la menea de un lado a otro :3

- Eso es un sí, creo- dijo Silvi, riendo. 

- Es un "uuh, ven pa'cá guapo *lalalala* ÔwÔ

- Mantendremos el contacto- dijo Biqua, que apareció por allí, para darles unos micrófonos inalámbricos. Podréis hablar con nosotros, y con vosotras mismas, cuando lo necesitéis. 

- Suerte ahí fuera- dijo Praire, mientras Keyra hacía lo mismo. 

- Ya veremos...- dijo Mari, tocando las tres su cuadro, y desapareciendo así. 



Nica se encontraba rezando en el suelo a la diosa Gura, mientras miraba al cielo. Estaba sobre una cama, con las manos agarradas la una a la otra, y con los ojos cerrados. 

- Nica, es hora de luchar- dijo Stahl, mientras se paraba en el marco de la puerta de su habitación. 

Ella se levantó, junto a su espada, roja como la sangre, y asentía con la cabeza. Cogió su pañuelo, y se lo puso al cuello.

- Nací preparada... 

Que prosiga el combateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora