"En algún punto de la historia..."
J. ALEXIS R. MARÍN.
Dedicado a Erika Bedoya
(Chica unicornio)
"Il ne connaissait pas le sens de la liberté jusqu'à ce qu'il vit ses yeux."
Érase una vez (como una de tantas) un ave de color gris, negro y un poco de
blanco a los costados de su pico que volaba sin rumbo fijo, perdido entre los
cielos que en ocasiones era azul claro, resplandeciente y hermoso, pero que
en otras la intemperie era oscura, siniestra y llamaba con toda fuerza a la
soledad que formaba un silencio opacador. Un día en uno de sus tantos
descensos para satisfacer su deseo de alimentarse se posó sobre las ramas de
un viejo árbol, un árbol que posiblemente había visto y escuchado muchas
historias de amor De esas que tienen los seres humanos; complejas,
extrañas, tristes, dulces e imposibles. - ¡Vaya, seres tan peculiares! - La casi
oscura ave analizó el terreno, era un lugar bastante amplio, habían pocos
árboles, parte del lugar era solo tierra un poco seca porque la noche anterior
había llovido y la otra parte estaba llena de plantas de todos los colores y
tamaños y había césped a mediana medida. Era un pájaro que no daba
tiempo a nada cuando de sus presas se trataba; NUNCA (hasta ese momento)
había fijado sus ojos en algo que no fuera útil para su propia sobrevivencia.
¡Ahí estaba! Se veía realmente deliciosa Era una pequeña y apetitosa oruga;
se veía arrastrándose para llegar a algún lado. ¿Pero, a dónde? El rastro que
había dejado atrás indicaba que venía de muy lejos y sin haber tenido receso
alguno. Por un instante el ave formuló una pregunta en su interior. - ¿En
dónde quieres morir? - Había pensado en darle a elegir a la pequeña oruga
el lugar donde sería su cena. Nunca había hecho algo así, nunca le había
importado dónde o cómo devoraría su alimento; era su instinto el que lo
hacía actuar así y, por alguna extraña razón estaba rompiendo aquella ley.
Mejor dicho, estaba siendo todo lo opuesto a lo que por herencia lo hacía
depredador. ¿Qué hacía diferente a la oruga? ¿Por qué estaba el ave dando
plazo a la muerte de aquel ser poco notorio ante la vista de los demás
animales?
El ave, que desde un principio había bajado de los cielos para asesinar y que
se encontraba sobre aquella rama que se cobijaba tristemente con un par de
hojas movió su cabeza varias veces como para entrar en razón. Volvió en sí.
Su mirada estaba fija en la oruga. Se dibujaba la silueta de la pequeña oruga
en los ojos del que probablemente sería su verdugo.
Pasaron diez minutos y el ave aún no atacaba. Se quedó detallando a la
oruga. Tenía colores opacos, como un verde triste y unos nueve puntos de
color negro en su parte superior. A la vista de los seres humanos tenía un
aspecto horrible A la vista del ave ya había dejado de ser comida. ¡Alto!
¿Por qué había sucedido eso? ¿Acaso el ave no estaba notando el cambio en
él?
Había dejado de ver a la oruga como su próximo alimento y se empezó a fijar
en cómo alguien como ella, sin nada, sin nadie (así como él) intentaba vivir,
como si tuviera un destino claro. Él estaba pensando en que la vida solo era
existir y ya Nada más. Pero ¿Por qué este ser tan insignificante había
llamado tanto la atención de otro ser que no le encontraba sentido a lo que
se conoce como vida?
Otro cambio que aquel pájaro no había notado era lo que estaba sucediendo
en su pecho y en la parte superior de su cabeza; estas se estaban tornando
de un color azul casi oscuro, casi claro Era una total contradicción, aquel
color le estaba dando un aspecto más llamativo, más hermoso, como si su
sola presencia brindara alegría. Había dejado de ser aquel sombrío animal
volador que muchas veces en la noche confundían con un murciélago por sus
colores oscuros. No se percató de que su mente se cuestionaba más de lo
normal y que su corazón le estaba indicando algo.
- ¿PERO QUÉ? -
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"La pequeña gran historia del ave y la mariposa."
FantasyTan pequeña cree la humanidad que puede llegar a ser algo, cuando en realidad puede ser todo lo opuesto. ¿Crees tener intacta la capacidad de asombro?