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Antes de entrar a aquella habitación de nuevo, el joven cogió una bocanada de aire e intentó levantar sus ánimos. Acabó repietiéndose lo mismo de siempre, él era el apoyo del Karasuno y ahora era cuando menos triste podía permitirse estar. Llamó a la puerta y a continuación, sin pararse, entró con paso decidido al interior.

Pensaba que su capitán estaría despierto ya que tenía visita, pero al ver en la situación en la que estaba no pudo evitar reírse por lo bajo. Estuviera mal o bien, no comprendía como él era capaz de sorprenderlo cada vez más. La escena era del enfermo durmiendo en su cama y junto a él, su compañero de curso, Azumane Asahi, dormía plácidamente apoyando su cabeza sobre el colchón. En ese momento recordó como su amigo había insistido en quedarse a dormir él aquel día para que el colocador se fuera a dormir a su casa de una vez. Como los padres de Daichi no podían cuidarlo por la noche se iban "turnando" para quedarse a dormir con él.

Bueno por decir que se turnaban era en realidad que no había noche que pudieran sacar al colocador de aquel cubículo.

Y ahí estaba la indirecta de la estrella de su equipo para que se fuera a descansar de una vez. No le quedaba otra, así que con un gesto de cariño le puso a su amigo una manta por encima de sus hombros para que no se resfriara y se acercó más al chico del que estaba enamorado.

Miró su cara que demostraba estar envuelto en un buen sueño y acercó levemente su mano a ella. Sin hacer casi presión y con el reverso de sus dedos acarició su mejilla con suavidad. Cada vez que su cuerpo rozaba el suyo, explosiones de emociones lo recorrían.

¿Cómo podía haberse colado tan al fondo de su piel? ¿Cómo había sido capaz de entrar de tal manera en su corazón?

Esta vez con más atrevimiento y sin pensárselo dos veces acercó sus labios a su frente, donde depositó un beso con toda la marea de sentimientos que vivían en él. Una vez acabó con cuidado y con miedo de despertarlos se movió en silencio hacia fuera de la habitación dejando a ambos chicos solos dentro. Se colocó su abrigo para resguardarse de la temperatura que había aquella noche fría de enero.

Pero al parecer, los chicos dentro de la habitación no estaban tan dormidos como el colocador se pensaba.

- Y que seáis tan idiotas que aún no os lo habéis dicho.

Azumane Asahi llevó una de sus manos a su mandíbula para acariciársela y a continuación la volvió a dejar sobre sus brazos que estaban sobre la cama de su amigo.

- Como sino fuera obvio lo que sentís el uno por el otro.

La estrella del equipo acabó diciendo estas últimas palabras en voz baja mientras cerraba los ojos para irse a los brazos de Morfeo. Mientras tanto en aquella habitación solo quedaba el sonido del rápido latir del corazón de su capitán sorprendido y avergonzado por las acciones de su vicecapitán y las palabras de su amigo.

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⏰ Última actualización: Jan 11, 2017 ⏰

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