Prólogo

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El bosque de las almas perdidas.

~Esther~

Aún cuando todo fuese oscuro, una luz debió brillar, la alma de esa chica fue la que sobresalió, de entre aquellas que estaban perdidas.

Su luz no sólo era visible, no sólo iluminaba, su luz marcaba un camino, transformaba a quien llegara hasta ella, iluminaba su vida.

Aquel chico no sólo la vio, no sólo siguió su camino, no, aquel chico hacía crecer esa luz, la alimentaba, la cuidaba.

Con el pasar del tiempo, el alma del chico ya se había puesto marchita, todo a su alrededor se convertía en oscuridad, y pronto su tenue luz se apagaría.

La oscuridad de su alma afligia al de la chica, el bosque al que llaman vida se volvía profundo y oscuro, la chica no podía seguir adelante, al menos no sola.

Con el tiempo el chico la dejó, la luz de su alma ya no brillaba, ya no marcaba un camino, y al final, él chico se la llevó.

~Matthew~

De niño, él solamente quiso ser aceptado, aceptado por una sociedad de mentiras, aceptado por un grupo social de falsos amigos, aceptado por una amistad de hipocresía, aceptado por una familia destruida.

Durante su infancia, él experimentó la soledad, día a día, noche a noche, segundo a segundo, mientras ella se apoderaba de él lentamente. No fue siempre así, sino hasta su adolescencia, que todo aquello cambiaría.

Cuando la conoció, su mundo tornaba color, su vida se llenaba de luz, tomaba un rumbo distinto y todo aquello malo que alguna vez vivió desapareció, pero, él era ambicioso, quería más y más de todo aquello, y así lo hizo, hasta que su oscuridad los consumió a ambos.

Después de un tiempo aquel chico despareció del lugar donde una vez fue feliz, prometiendo que nada de aquello pasaría de nuevo, enojado contra el mundo, clamando libertad en contra de su familia, y enterrando para siempre aquel mal recuerdo de su alguna vez amada chica.

En su vida, o al menos lo que restaba de ella, después de que su alma conociera la luz, sus demonios surgían, se alzaban día a día, atormentándolo por un pasado, al cual él ya no pertenecía, o al menos, eso creía él.

Un bosque, eso ocurrió con su vida, un bosque donde estaba atrapado, en medio de su pasado, y de su futuro, donde su alma vagaba por un sendero distinto, y que al final, siempre regresaba al centro del mismo, solo había una salida de aquel bosque, afrontar la verdad, y regresar la luz, donde ahora yacía oscuridad.

~Arlet~

 -Risas de niños

Ésta, era la única música de todos los días, música que brotaba de aquella pequeña, justo al lado de su padre. 

Todos sus recuerdos estaban llenos de momentos de felicidad, donde sus mas profundos e inocentes deseos, desde esa temprana edad, eran de estar con sus padres eternamente.

Todo parecía ser perfecto, pero, algo no estaba bien. Una extraña oscuridad robaría su inocencia, su felicidad, y su alma. No existe niño alguno, que imagine una vida sin sus padres, y ella, no era la excepción. 

Nadie lo imaginaba, ni dentro de la familia, ni fuera de ella. Ni los mas cercanos amigos, nadie podía pensar que la muerte le acechaba, tampoco, que todo aquello iba a cambiar. Con el paso de los años, su dolor surgía, se agudizaba y tomaba su vida. 

 -...Mis condolencias, mis mas sentidos pésame, lo siento, fortaleza...- 

Con el tiempo, aquellas palabras se convirtieron en el día a día, de lo que las personas le dicen a una madre viuda, que todavía no procesaría lo que sucedía, o estaría por suceder, por fuera ella sabía que era real, y agradecía al escuchar aquellas palabras, que no eran sinceras, al menos, no para ella.

 Durante todo el tiempo, después de aquel terrible suceso, la niña inocente escaparía dentro de un cuerpo de una chica joven, creando una barrera, para no volver a sentir la soledad, ni la tristeza

Con el tiempo, ella se perdería entre sus pensamientos, bajo aquel árbol, donde cada tarde había estado junto a su padre. Durante mucho tiempo fue así, sola y perdida, bajo un árbol, recordando lo que ya hace algún tiempo fue felicidad, pero, eso cambiaría al llegar aquel extraño chico.

En ella se despertó algo, una chispa de luz, algo intenso, infinito, que no se podría describir, algo que su padre se llevo consigo. 

El resultaría interesante, para ella, y el interés, es lo que a cualquier persona puede lograr mover, es un motivo por el cual se sentiría atraída y con ganas de saber más de lo que él futuro le traería a su vida, junto con la felicidad espontanea, o el menos, eso fue el chico para la vida de esa joven, durante su estadía en aquel lugar.


Arlet y el bosque 2: El bosque de las almas perdidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora