Correspondencia oficial posterior a la expedición con el rey de los bleekos...
A su alteza el rey Gnottingham Atrapamoscas III, señor de la luz estelar, el de las dos lunas, dirigente de las floraciones nocturnas:
La expedición territorial de los meekos ha sido un enorme éxito. Por primera vez, hemos reunido y documentado dieciocho especímenes de hadas picadoras y no picadoras en sus fases de huevo, larva, crisálida y vida adulta. También he reunido cuatro especies interesantes de escurridizos con púas que espero que se puedan cruzar con nuestras especies indígenas en el laboratorio (vea los bocetos anexos).
Antes de esta expedición, planteé la hipótesis de que seguir investigando resultaría en unas hadas con mayor capacidad de lucha y aguijones venenosos, pero en las profundidades de la selva de los meekos realicé un descubrimiento fascinante: una sustancia de cristal radioactiva que causa una metamorfosis única en la flora y fauna local. Desde la última expedición de hace tres años, la vida vegetal ha crecido a un ritmo asombroso, mucho más rápido de lo que se considera posible conforme a las leyes de la evolución, y más peligroso. Los meekos han utilizado este poderoso cristal para obtener ventaja militar al hacer crecer un arsenal de púas venenosas, enredaderas pegajosas y bulbos explosivos. Nosotros tardamos cien generaciones en cruzar a nuestra caballería de escarabajos gigantes, pero los ignorantes meekos han conseguido crear plantas dotadas de los suficientes sentidos para servir como ridículos vehículos saltarines en tan solo unos años. Las hadas también han tomado el mismo curso, al usar esquirlas de cristal y gemas como decoración; la exposición constante a dicha sustancia y su radiación ha afectado a las hadas en la coloración y la bioluminiscencia, y también ha aumentado su tamaño. Las posteriores disecciones y correspondiente estudio podrían revelar incluso muchas más variantes.
Las posibilidades de este misterioso cristal resultan inconmensurables. Me temo que he sobrecargado la expedición con muestras del mismo. Con el permiso de su alteza (y su generosa contribución), procederé de inmediato a experimentar con ahínco en mi laboratorio con el fin de encontrar una aplicación práctica para dicho cristal. Considero que pronto hará falta una nueva expedición con el propósito de realizar un seguimiento biológico y crear mapas de los límites del territorio en expansión de los meekos.
Hemos perdido a varios soldados en escaramuzas menores con los meekos salvajes, pero estamos de acuerdo en que es un precio pequeño a cambio de la ciencia, ¿verdad?
Gracias por su constante apoyo, mi rey.
Firmado, su leal súbdito,
Flitwick «Flicker» Aplastaaguijones IV, doctor de entomología
