En el salón de fiestas todos bebían animadamente sentados en sus mesas, ninguno de los trabajadores tenia permitido llevar a sus parejas o cónyuges a dicho festejo por lo que incluso algunos filtraban entre ellos y reían, era una buena fiesta de navidad y al ser veinticuatro de diciembre y terminar alrededor de las ocho no intervenía demasiado con los planes que la mayoría tenía con sus familias. HyukJae dio un trago a su vaso de vodka y sonrío mientras sus compañeros sentados en su misma mesa jugaban.
-Eh, Lee, estamos hablando contigo – El azabache se atraganto y alejo su mirada de cierta persona sentada en la barra que le sonreía coquetamente.
-Perdonen, ¿Qué decían? – Una de sus compañeras rio, estaba sonrojada y algo despeinada por lo que supuso se encontraba ebria y contenta como la mayoría.
-Estamos jugando, la botella te ha señalado así que debes contarnos tu historia, con detalles – El hombre alzo las cejas maliciosamente y dio un largo trago a su cerveza, los miro confundido por lo que la chica frente suyo salto en su ayuda pero igual pareció malévola.
-La anécdota que debes contar es sobre tu primera vez, ya sabes – Movió la mano arriba y abajo formando un puño en clara insinuación sexual – Con quien y como fue – HyukJae se quedó descolocado sin saber que decir, solo parpadeando.
-Oh, ya – Las chicas vitorearon decepcionadas aun cuando no había dicho ni pio.
-Solo déjenlo en paz perras, quizá fue traumático para el – Hablo otra chica, pero HyukJae se perdió en sus pensamientos ¿Recordaba cómo había sido su primera vez? La respuesta era sencilla.
Claro que si, por supuesto que sí.
Había sido absolutamente fantástico, muy lejos de ser traumática y por el contrario todas las personas que vinieron después habían sido mediocres en comparación, tal vez tenía que ver con el que tenía sentimientos muy profundos por esa persona y sobre todo confianza. Ambos conocían los gustos del otro y las cosas con las que fantaseaban, porque si, su primera vez fue con un chico, su mejor amigo para ser exactos.
La cosa se dio casualmente, tenían dieciséis años y las hormonas al tope así que mientras jugaban resident evil 5 y su querido amigo lanzaba al aire por séptima vez el control tras ser asustado por un zombie con sierra HyukJae se había girado a mirarlo dando la partida por perdida.
-Oye Hae, ¿puedo preguntarte algo? – El castaño lo miro aun con el ceño fruncido y las manos temblándole por el susto previo.
-Si tiene que ver con la razón por la que juego contigo estas porquerías a pesar de que las odio no seas tan idiota y acepta que algunas personas hacemos cosas desagradables por quienes amamos – HyukJae le sonrió y negó con la cabeza meneando su en ese entonces rojo cabello.
-¿Aun eres virgen? – Donghae rodo los ojos.
-No soy una chica, no digas algo como "virgen" suena misógino y tengo cinco hermanas.
-Así que todavía, eh – Se burló recargando el codo en su muslo mirándolo de lado desde abajo.
-Odio cuando te pones todo pretencioso, si, todavía ¿algún problema? – Hyuk negó.
-Yo también – Hae abrió la boca sorprendido y se carcajeo.
-Júralo ¿Tu? – Pero si con esa cara de promiscuo que te cargas no lo pareciera – Fue turno de HyukJae para rodar los ojos y suspirar, recargo la espalda en cama y dejo caer la cabeza sobre el colchón.
-Tengo ganas de hacerlo, pero me da repelús pensar en chicas, que asco – Donghae no dijo nada, solo miro al suelo – Y por lo que te he contado ¿realmente crees que voy a encontrar a una persona así? – Donghae volvió a mirarlo y sonrió.
