Amor Inmortal

PRÓLOGO

Corre corre.

No podía parar de repetirme esas palabras. Tenía las piernas ardiendo por el esfuerzo. Las ramas me golpeaban el rostro haciendo pequeños cortes en la piel. Aún así seguía corriendo en medio de la oscuridad del bosque.

Algo me perseguía, lo sabía con certeza, pero el qué, no lo sabía. Seguí corriendo hasta que choqué contra algo fuerte y caí de bruces al suelo.

-Kaitlin...- susurraban mi nombre- Kaitlin abre los ojos...

Los abrí y lo último que pude ver fueron unos intensos ojos verdes que me observaban.

(...)

RING RING.

Me desperté sudando. Había tenido el mismo sueño los últimos días y no sabía si quiera por qué.

Sacudí la cabeza para alejar la mala sensación que ese extraño sueño había dejado en mí.

Me dispuse a vestirme con unos sencillos vaqueros y unas Converse negras. Miré mi reflejo en el espejo. No era ni guapa ni fea. Me consideraba normal con mi cabello oscuro tirando a negro y mis ojos marrones. Siempre había deseado tener los ojos azules como las chicas de mi instituto pero bah qué se le iba a hacer.

Bajé corriendo las escaleras no sin antes tropezarme con un bulto negro que estaba agazapado en un escalón.

-¡Lucy juro que algún día me deshago de ese gato gordo! - le grité a mi hermana pequeña.

-Ha sido tu culpa Kaitlin, deberías mirar por donde vas - refunfuñó mi hermana recogiendo a su querida mascota.

El gato gordo me observó con esos ojos amarillos que a veces me daban miedo.

'Maldito gato'.

Fui hasta la cocina donde mi mamá preparaba todo lo necesario para su viaje. Mi mamá trabajaba como arquitecta. Estaría fuera una semana para poder diseñar la casa de una de sus primas. Así pues estaría una semana entera haciendo de niñera para mi hermana y su encantadora bola de pelo.

-Tener cuidado Kaitlin. No quiero nada de fiestas en casa ni cosas inapropiadas- dijo mamá con tono serio.

-Claro mamá. Te llamaremos todos los días, no te preocupes. - le di un beso y un abrazo antes de salir de casa para ir a la escuela.

Menuda semana me esperaba.