CAPÍTULO 1

14 3 4
                                        

-Eh nena despierta- mi mejor amiga palmeaba delante de mi cara para prestarle atención. -¿No te has enterado de lo que te estaba contando verdad?

-Oh sí, claro que me he enterado Lucy. Lo de ese tal... Humm... Espera no me lo digas...

-Paul - dijo Lucy mirándome mal.

-¡Eso! Lo tenía en la punta de la lengua.

Mi mejor amiga se había pillado de uno de los sexys de la escuela. Como si supiesen que estábamos hablando de ellos, apareció Paul con sus amigos. Uno de ellos me llamó la atencion. No lo había visto nunca. Era alto, con el pelo negro y se podían notar sus músculos por debajo de la chaqueta de cuero.

-Es el nuevo - susurró Lucy para que solo yo me enterase-. He estado investigando y es el primo de Paul.

Seguí mirándole fijamente. Finalmente se giró y pude verle bien la cara. Predominaba una mandíbula fuerte y unos labios que oh dios...

Kaitlin qué demonios te pasa!'

Seguí recorriendo su cara en busca de algún defecto cuando entonces los vi. Unos ojos verdes que justo me observaban. Aparté de golpe la mirada avergonzada porque me hubiese pillado mirándolo como una boba.

-Eh eh Kaitlin ahí se acerca tu amor- Lucy me golpeó en la espinilla con la punta del pie lo que hizo que soltase un grito.

-Hola princesa, ¿podríamos hablar un momento a solas? - me preguntó Sam acercándose hasta nuestra mesa.

-Sí sí por supuesto.

Llevaba enamorada de Sam desde los 12 años. Al principio él ni sabía de mi existencia. Ya que era uno de los más populares del instituto, y claro todas estábamos pilladas de él. Pero desde hace unas semanas empezó a mirarme en clase y claro yo estaba en una nube aunque solo habíamos hablado un par de veces y era rodeados de más amigos.

Salimos del comedor y nos dirigimos al pasillo. Se paró en seco en un rincón donde no pasaba nadie. Notaba los nervios recorriendo mi cuerpo. Se acercó cada vez más a mí hasta que casi nuestros pechos se tocaban. Tenía el cuerpo digno de un deportista, el pelo castaño y los ojos azules oscuros, en los que me perdí por un instante.

-Kaitlin necesitaba decirte una cosa.

Oh dios mío, las piernas me temblaban solo de escuchar eso. Rezaba para que no me desmayase en ese momento.

-Esta noche hay una fiesta en casa de Paul. Y me gustaría que vinieses conmigo. -dijo.

-Humm... Yo... C-claro que m-me encantaría - tartamudeé.

-También puede venir tu amiguita. - lo dijo en un tono de asco. -Aunque creo que no le caigo muy bien.

-Claro que le caes bien- mentí. En realidad mi amiga siempre me avisaba de que Sam era un mujeriego que cuando conseguía abrirte de piernas te tiraba a la basura como un trapo sucio pero yo me negaba a pensar que podía ser así. O sea, claro que había salido con chicas de la escuela pero me negaba a creer que las trataba así.

-¿Entonces vendrás? - preguntó Sam sacándome de mis pensamientos.

-Sí, ahí me tendrás.

Sonrió y antes de irse depositó un suave beso en mi mejilla mientras yo sonreía como una completa idiota.

Salí del escondite donde segundos antes había estado con Sam cuando choqué contra alguien.

-Lo siento no te había visto -dije a quien fuese.

-Podrías ser menos patosa.

Levanté la vista al imbécil que me hubiese dicho eso. Oh no. Era el chico de la cafetería. Así de cerca parecía todavía más atractivo. Me maldecí mentalmente al pensar así del idiota que me había llamado patosa.

-Y tú podrías ser más educado y pedir perdón por chocarte -dije poniéndome roja del enfado.

-Y tú y tu novio podríais dejar de enrollaros en sitios públicos del instituto. - sonrió con picardía.

-No es mi novio.

-¿Ah no?  Pues así de cerca parecía que teníais muy buena confianza.

¡Pero qué demonios se creía él para decirme eso! ¡Ni nos conocíamos!

-Tengo que irme, no hablo con prepotentes que no saben nada de mí. -apreté los puños e intenté salir pero él se interpuso en mi camino.

-Fíjate si la niña tiene genio - soltó una carcajada.

-Vete a la mierda. - susurré llena de rabia.

-¿Qué has dicho? - se acercó a mí, pudiendo notar el calor que emanaba su cuerpo.

Quería irme, pero algo me atraía hacia él, ansiando más de su calor.
-He dicho que te vayas a la mierda - me tuve que armar de valor para decir eso pero apenas salió un susurro.

-Sigo sin escucharte - dijo acercándose cada vez más. Sus labios estaban apenas a unos centímetros de los míos. Me entraron unas ganas terribles de juntarme más a él y probar esos labios. Mis pies se movieron solos cumpliendo mis deseos. Ahora solo nos separaban unos milímetros. Le miré a los ojos, tenía las pupilas dilatadas, cubriendo de negro esos ojos verdes.

-Kaitlin... - susurró. Esa voz me sonaba. La conocía de algo.

De repente sonó el timbre avisando que debíamos volver a clase. Eso hizo que me espabilase y me percatase de lo que iba a hacer. Iba a besar a un desconocido que además me había llamado patosa. Me estaba volviendo loca.

Me giré y él ya no estaba, se había esfumado de repente. Me dirigí a mi siguiente clase  dándole vueltas a la cabeza. Entonces caí en la cuenta.

¿Cómo podría saber ese tipo mi nombre?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 04, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Amor InmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora